martes, febrero 12, 2008

Pan y circo.

El año pasado el gobierno de Venezuela lanzó su programa para el desarrollo de la revolución a través de lo que llamó los cinco motores de la revolución, esta estrategia abarcaba un plan de educación para la revolución en lo que se llamó el motor moral y luces, un plan para la participación comunitaria a través del motor llamado de la explosión comunal, un plan para la adecuación del cuerpo legal a través de la Ley Habilitante, un plan para cambiar lo que se llamó la geometría del poder y todo enmarcado dentro de los cambios constitucionales planteadas en la reforma propuesta por el Presidente para ser aprobada por el voto popular el dos de diciembre pasado, pero esta no fue aprobada, la pregunta es ¿qué queda de los cinco motores?

El motor Moral y Luces, el primer motor era esencial para lograr el objetivo, el pueblo debía ser instruido en aras de los cambios a partir de allí se debió surgir el poder comunal, simultáneamente los cambios de los cuerpos legales, a través de la habilitante debieron reflejar la nueva realidad nacional constituyendo la nueva geometría del poder, finalmente se podría abrir un proceso constituyente con participación popular para dejar los cambios enmarcados en la Carta Magna. La pregunta es ¿por qué las cosas se hicieron al revés?

No queremos pensar que el proceso se comenzó por el final para imponer un proyecto sin que surja del pueblo, sino del grupo que está en el poder. La situación era propicia, el oficialismo tenia todos los poderes en sus manos, pero el pan y el circo no fueron suficientes para que el pueblo de Venezuela decidiera dar carta blanca al gobierno de Chávez.

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