lunes, octubre 27, 2014

El costo de la paz para las FARC

Uno de los problemas del proceso de paz colombianos es la poca credibilidad que tienen los grupos guerrilleros en la opinión pública, pero hay un factor que es poco tomado en cuenta a la hora de hacer el análisis correspondientes, se trata del costo de la guerra para los alzados en armas y para quienes los financian. 

A primera vista pareciera que la guerra no trae ningún beneficio económico a las partes, pero en realidad esta se ha convertido en un modo de vida para los alzados en armas e incluso para sectores del lado institucional que están involucrados en la dotación de armas, municiones y otros insumos para combatir a la guerrilla, además aparecen los grupos paramilitares financiados por empresarios y ciudadanos comunes. 

Además de esto la guerra genera un flujo de gastos para las guerrillas de las FARC y del ELN que para 2.002 estaba estimado en 342 millones de dólares según una investigación hecha por la BBC de Londres, esto sin incluir el financiamiento de otros países que no pueden ser contabilizadas por mantenerse en secreto  y de organizaciones internacionales que abiertamente apoyan al movimiento armado. El mismo estudio  señala que el 41.9% de los ingresos de los guerrilleros provenían del narcotráfico; el 31,8% de la extorsión, es decir de las vacunas; el 21,8% del secuestro y el 4,3% de otros ingresos.

Conociendo las cifras se hace difícil pensar en una desmovilización inmediata, pero hay otros factores a analizar, la situación militar de la guerrilla es quizá una de las más importantes, ciertamente la guerrilla no está totalmente derrotada, pero es muy difícil pensar en un triunfo militar que les lleve a posiciones de poder. Este factor seguramente es punto de análisis por parte de quienes financian a la guerrilla y al serlo pasa a ser decisivo. Por otra parte es previsible que algunos de los guerrilleros activos simplemente no acepten la paz y continúen en las actividades ilícitas, es decir en el narcotráfico, la extorsión y el secuestro.

Pero en líneas generales el factor económico pesa a la hora de que las guerrillas hagan sus concesiones, entre otras cosas porque la situación política del continente hace inviable una guerra de guerrillas cuando los factores progresistas están tomando posiciones de poder por vía democrática y el financiamiento por parte de los países que tradicionalmente lo ha hecho no tiene ningún tipo de justificación.

La paz como concepto absoluto no aparece entonces en el futuro próximo de Colombia, pero si aparece un reacomodo de los factores que han intervenido en la guerra que redundará en una sinceración de las posiciones; es decir algunos miembros de las guerrillas pasaran a formar parte de grupos políticos que participarán en las contiendas electorales por venir, otros en cambio continuarán en actividades criminales, pero  sin poder ampararse en las banderas de la defensa del colectivo. 

viernes, octubre 24, 2014

Atrapados sin salida

La actual realidad de Venezuela nos lleva a la triste conclusión de que somos un país dividido. Existen dos polos principales: los afectos al gobierno y los opositores. Ninguno de los dos grupos acepta al otro y quien se atreva a tener criterio propio a la hora de juzgar al otro reconociéndole algún mérito es considerado parte del grupo contrario aunque no lo sea. 

La situación planteada podría considerarse natural e incluso positiva en el sentido de que al estar definidas las posiciones se pueden establecer grupos de trabajo dirigidos hacia ciertos objetivos muy definidos; pero la confrontación entre los grupos cierra espacios a la critica objetiva de la realidad y quienes detentan el poder tienen en sus manos una serie de ventajas que pueden llevarles a fortalecer sus posiciones, sin que necesariamente sean las más positivas o las más apropiadas para hacer frente a las necesidades colectivas.

Al estudiarse la sicología de las masas se llega a la conclusión que estas son conducidas por un líder y que sus directivas son seguidas ciegamente por sus adeptos, llegando a extremos tales como los suicidios colectivos en las sectas religiosas como vimos en los sucesos de Guyana y en California el siglo pasado; obviamente hablamos de situaciones de fanatismo extremo, pero en otros niveles la influencia de los líderes llevan incluso a una especie de castración mental en la que las ideas propias no tienen cabida y son sustituidas por un pensamiento único.

Si verdaderamente queremos construir un país democrático debemos tomar en cuenta que silenciar las opiniones que pudiesen cuestionar  al grupo al que se pertenece, en el caso de Venezuela a la oposición o al gobierno, pudiese generar un efecto totalmente contrario al que se busca como colectivo, pues al cerrar las puertas a criterios diferentes al de la dirección del grupo se está asumiendo una actitud autoritaria y poco democrática. 

Venezuela hoy día sufre de un radicalismo extremo, alimentado por los dirigentes del gobierno en un extremo y en el otro, a pesar de la falta de un liderazgo claro alimentado por el mismo discurso oficial a la inversa, es decir alimentado por una especie de antigobiernismo que hace que sea el grupo oficial el que impone la agenda a la oposición. Así el dominio del gobierno sobre el pensamiento de sus seguidores y de sus opositores es total. El país necesita deslindarse de los radicalismos extremos y dar cabida a la libre discusión de las ideas para poder evolucionar hacia una mejor sociedad, de lo contrario el país se quedará atrapado en un punto crítico.    

jueves, octubre 23, 2014

Venezuela, la ruta al cambio

El experimento socialista de Venezuela según algunos críticos ya fracasó, se dice que los objetivos fueron desviados y hasta se llega a decir que nunca hubo un proyecto socialista y que lo que se trató de hacer fue simplemente crear una manera de adueñarse del poder y mantenerlo a través de una estrategia publicitaria basada en la demagogia y el populismo. Pepe Mujica en vida de Hugo Chávez dijo en una oportunidad que cuando se fuera Chávez "no habrá construido ningún socialismo", pero la sociedad habrá mejorado. Chávez murió, no se construyó ningún socialismo y muchos se cuestionan si los venezolanos viven mejor.  

Según los índices de pobreza e igualdad el país está mejor que en 1.998, hay sin embargo algunos factores que preocupan, entre ellos la inseguridad, la falta de paz social y la corrupción. La inseguridad es un fenómeno que tiene muchas aristas, su raíz puede ubicarse en la desigualdad que persiste en la sociedad, pero no es el único, también hay factores culturales, políticos y económicos; sobre la paz social tiene mucho peso el concepto de conciencia de clase en el que insistió el gobierno de Chávez a partir del momento en el que declaró que el socialismo sería su vía, Venezuela venía de ser una sociedad en la que este valor no se había exacerbado, pues se hablaba de una sociedad policlasista, mientras en la actualidad se habla de un gobierno popular; la corrupción por otra parte ha crecido como un cáncer en la medida que el poder se ha concentrado en pocas manos. 

Todos los factores que hicieron de la revolución de Chávez lo que es hoy y los resultados parecieran dejar  ver que el modelo propuesto no ha dado los resultados esperados. La historia nos demuestra que existe una tendencia hacia una evolución de la humanidad hacia un sistema más justo, entonces cabe preguntarse si ese principio al que se ha llamado progresividad está reflejado en los resultados visibles de este experimento. Definitivamente habrá que abonar algunos resultados positivos,  de hecho muy importantes; pero habrá que buscar la vía para erradicar los vicios que se han generado.

La conclusión es que estamos frente a la necesidad de un cambio radical del modelo que se ha venido desarrollando. Habrá que reconocer los aciertos y conservar los elementos positivos del experimento pero es indispensable la erradicación de los vicios; desafortunadamente las alternativas de cambio que se están  viendo parecieran no estar abonando el camino al reconocimiento de los aciertos en el caso de la propuesta que hacen los factores opositores, ni la voluntad de un cambio de actitud y de modelo que ponga al traste con los vicios en el caso de los factores opositores.

La progresividad de las conquistas sociales hace que estas tengan un carácter irreversible y esto no parece estar siendo tomado en cuenta. Estamos frente a posiciones maniqueistas en la que la dirigencia de uno y otro sector es incapaz de reconocer aspectos positivos en el otro; esto hace que nos encontremos en medio de un atasco que definitivamente no presenta una salida a los graves problemas que vive el país, independientemente de que se presenten cambios de mando.      

martes, octubre 21, 2014

Colombia canta a la paz

Hace un par de días me llegó por las redes sociales un video producido en Colombia en el que los más renombrados artistas de ese país cantan a la paz el cual compartí con todos los grupos de las redes en los que participo pues me apareció plausible la iniciativa, esto generó enseguida la reacción de una persona  quien calificó al video como una propaganda de los diálogos de paz entre las guerrillas de las FARC y el gobierno de Colombia. Me recordaba el fracaso del proceso de paz que encabezó el presidente Belisario Betancourt y las muertes de colombianos a manos de los alzados en armas mientras se dialogaba y un sector de la población enarbolaba banderas blancas y lanzaban al aire palomas de paz.

Realmente es triste tanto pesimismo, aunque estoy seguro que esa posición radical en contra del proceso de paz tiene algún fundamento objetivo. Los miembros de las FARC no son mansas palomas y  en sus  años de lucha han utilizado métodos reprochables y han  desviado sus objetivos hacia simples actos criminales, pero no podemos taparnos los ojos frente a las causas que originaron sus luchas y atacarlas de raíz, esto sería un paso gigante hacia el reencuentro de los colombianos y la construcción de una paz duradera. 

Colombia está herida, las acciones de la guerrilla han dejado víctimas a quienes se les hace difícil olvidar el daño que se les ha causado, ocurre lo mismo con las víctimas del paramilitarismo y hay que decirlo también, Colombia también ha sufrido el daño causado por un sistema en el cual la institucionalidad se interpreta como una licencia de corzo para mantener un país sumido en la en un sistema , en el cual las diferencias entre los ciudadanos no sólo son injustas, sino que llegan hasta ser obscenas; niños  viviendo en basureros, ancianos que no pueden procurarse la salud, gente sin acceso a la educación, jóvenes explotadas sexualmente, hombres y mujeres marginadas y excluidas, cinturones de miseria en las ciudades, barrios pobres  sin servicios públicos y campesinos  sin tierras son las razones que de alguna manera sirven de justificación al rompí miento de la paz.

Puede ser que el diálogo no sea la panacea y que Colombia no vaya a amanecer un día en paz, pero el proceso de diálogo es una vía para que puedan identificarse las heridas que han causado o que simplemente sirven de justificación a quienes han tomado las armas y han hecho de su pelea un modo de vida. Si las necesidades de la sociedad son satisfechas, si la injusticia y el abuso del poder, venga de donde venga, es reducido a su mínima expresión entonces se habrá dado el paso fundamental, pues no habrá justificación para la violencia. Afortunadamente Colombia tiene una base sentada que es su sistema democrático, simplemente hay que fortalecerlo y combatir los vicios que lo hacen imperfecto.