Aunque José Vicente Rangel había anunciado cambios en la directiva de un canal privado de televisión, la audiencia de Globovisión, el más importante canal de noticias de Venezuela se negaba a creer que se trataría de la salida del Director General de esa planta el Señor Alberto Federico Ravell, pero al final resultó ser así.
Globovisión ha ejercido una línea editorial frontalmente opuesta al gobierno y ha resultado ser factor primordial en las luchas de la oposición venezolana; desde el gobierno se les ha acusado de ser tendenciosos y de no tener ningún pudor a la hora de trasmitir informaciones capaces de sacudir las bases mismas de la institucionalidad democrática.
Multas, procedimientos sancionatorios y hasta amenazas publicas de cierre no pudieron con ese poderoso medio, como si lo hicieron con RCTV, el costo político es muy alto y así lo tienen determinado los asesores del gobierno, Globovisión es para el pueblo opositor de Chávez la válvula de escape de sus rabias y el medio por excelencia de comunicarse con quienes piensan igual que ellos.
Ante el temor de las reacciones populares parece que el gobierno optó por la salida fácil: la compra de conciencias y como la culebra se mata por la cabeza, la estrategia se inició con el amedrentamiento de los accionistas con acciones judiciales contra las empresas de estos, hay que recordar la expropiación de Avila Mágica del Grupo Mezerane, las acciones contra Toyo Avila de Guillermo Zuloaga, la corrida en el Banco Federal, también de Mezerhane, las multas a Globovisión y fielmente jugosa oferta a los accionistas del canal por parte de un sujeto relacionado con el gobierno.
No sabemos si Mezerhane y Zuloaga cedieron a las presiones o si todo es simple casualidad, lo cierto es que un diario especializado en economía dice que el trasfondo de la salida de Ravell de la dirección general del canal tiene que ver con una decisión de la Junta Directiva relacionada con la oferta al paquete accionario que rondaría los doscientos millones de dólares americanos, mucho dinero a simple vista, de llos cuales entre diez y doce millones de dólares correponderia a Ravell.
Hasta ahora Ravell se ha refugiado en el Twitter y aunque ha anunciado entrevistas en distintos medios, se a limitado a publicar uno o dos tweets en los que deja ver que no renunció, pero que está fuera de Globovisión.
Esta podría ser una jugada maestra del gobierno para lograr la ansiada hegemonía comunicacional de la que se viene hablando desde los días en que Andrés Izarra era Ministro de Comunicaciones.