viernes, febrero 17, 2012

3.049.024 esperanzas unidas

Con mucho entusiasmo estamos siguiendo el desarrolla de la campaña presidencial para 2.012 después de haberse realizado el pasado 12 de febrero un proceso electoral impecable para elegir al candidato de la unidad, es decir a quien ha asumido la tarea de unificar nuevamente al país desde la oposición al actual presidente Hugo Chávez.




Henrique Capriles Radonski resultó electo entre cinco aspirantes con más del sesenta por ciento de los votos de un universo electoral que representa más del veinticinco por ciento de todos los electores del país, esos votos obviamente no son suficientes para derrotar a Hugo Chávez, cuyo caudal electoral se estima en unos siete millones de votos, pero si son un buen piso electoral.



La tarea no es fácil, Chávez es un líder carismático que se ha convertido es un “zorro viejo” capaz de manipular los sentimientos de los electores y capitalizar las ventajas que le da el ser el amo único del poder en el país.



Capriles por su parte proyecta una imagen joven, pero con una larga trayectoria en la administración pública, se inicio a la par de Chávez como presidente del extinto Congreso Nacional con apenas 26 años, fue luego alcalde de Baruta y últimamente ha ejercido la gobernación de Miranda el principal Estado de Venezuela, la cual limpiamente le arrebató por vía de los votos al delfín de Hugo Chávez, el Teniente Diosdado Cabello.



El flamante candidato de la unidad ha iniciado con buen pie su campaña, irritando al presidente sin abrir la boca, solo con el hecho de haber barrido en su patio, los barrios de Caracas votaron por el en más de un 70% según se desprende de los resultados obtenidos en las primarias.



El éxito de Capriles se ha potenciado gracias a una actitud humilde frente a la victoria, a su habilidad de mantener la unidad dentro de la oposición y a su capacidad para aglutinar nuevos factores ante la promesa de un gobierno de unidad nacional que deje atrás los enfrentamientos de clase y la exarservación del discurso.



A su proyecto se le ha tratado de menospreciar diciendo que no tiene contenido ideológico, a lo que ha salido al paso aseverando que su ideología es la busca del progreso en un marco de libertad y justicia social dentro de los parámetros de una democracia moderna, capaz de satisfacer las necesidades de los más débiles, haciendo énfasis en una educación al alcance de todos, fomentando el empleo productivo y la seguridad en todas sus vertientes social, jurídica y pública.



La gran ventaja de este nuevo proyecto es que se deslastra de los complejos que trae consigo el tener que seguir recetas doctrinarias que lejos de aportar algún tipo de ventaja lo que hace es meter al desarrollo del país en una camisa de fuerza que le impide avanzar por el camino del progreso y la modernidad.



Si Lula o Bachelet no se hubiesen planteado las cosas así o si en Perú se hubiese cerrado el paso a un nuevo liderazgo en nombre de el manual dictado por alguna doctrina el progreso en esos países estaría detenido, otra cosa es el respeto a los valores, a la dignidad humana y a la justicia, ese es el camino que se está abriendo ahora para Venezuela, no es fácil llegar a la meta, pero con el concurso de todos, avanzaremos hacia el.