lunes, noviembre 29, 2010

La guerra de Wikileaks

Para nadie es un secreto que todos los países tienen servicios de inteligencia internacional  y que a través de ellos están pendientes, algunas veces por medios nada lícitos, de los movimientos  políticos, económicos y militares de los gobiernos de los demás  estados,

En los centros mundiales de poderse sabe cuándo van a producirse cambios políticos, cuando es   posible intervenir en ellos, cuándo es necesario apoyar económicamente a grupos amigos que  tienen la factibilidad de ganar espacios de poder, cuándo  hay peligro de una guerra entre naciones amigas, cuándo es prudente  invertir y hasta cuándo es riesgoso hacer turismo en algún lugar del mundo.

Por esa razón no sorprende que los documentos revelados por el portal web  Wikileaks contenga una serie de informaciones que confirman la actividad de espionaje por parte de los norteamericanos,  tampoco sorprende el hecho de que se involucre al hermano del norte en acciones de desestabilización de algunos gobiernos.

Lo que si queda demostrado es que aunque la guerra fría como tal ha dejado de existir, los métodos que se desarrollaron entonces para espiar a otros países  y para influir en sus gobiernos están lejos de desaparecer.  Siguen existiendo intrigas, polos de poder económico y militar y peor aún sigue existiendo la posibilidad de una guerra que involucre a los nuevos polos de poder.

Cabe preguntarse cuáles son esos polos, resulta obvio que Estados Unidos y sus aliados, es decir, Israel y la Unión Europea podrían conformar el polo que representa la civilización occidental y un segundo polo que estaría representado por paises y grupos radicales musulmanes y de izuierda, entre los cuales estarían Cuba, Venezuela, Corea del Norte y Bielorrusia.

Estaría por definirse donde encajan Rusia y China,  ambos países tienen en la actualidad  intereses económicos en occidente y de ellos han surgido importantes vínculos políticos, pero históricamente representan el polo opuesto a occidente.


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miércoles, noviembre 24, 2010

Trotsky vivo....y en Venezuela!!!

En  los últimos días hemos sido testigos de la radicalización del proceso político venezolano, se está pasando del  proyecto  reformista del fracasado ya socialismo del siglo XXI a una forma de marxismo tradicional con visos de trotskismo,  obviamente no estamos en los tiempos de Stalin y Trostky,  pero el estruendoso fracaso del marxismo en los años ochenta ha de buscar salidas y una de ella es retomando las ideas de este último líder de los primeros años del marxismo que sufrió la persecución de quienes ostentaban el poder, por no estar de acuerdo con ellos.

Esta rama del marxismo que tiene entre sus cultores al profesor galés Alan Wood ha encontrado cabida  en  el centro del poder en Venezuela, es decir en Hugo Chávez, quien se ha declarado marxista y ha comenzado a aplicar las recetas que le dicta el mismísimo Woods: radicalizar el proceso, acelerando la  expropiación de los medios de producción, abriendo puertas a parte de los asalariados, a los pequeños empresarios, pero crrándoselas a los catedráticos universitarios, a los periodistas de oposición y a todos quienes ocupen cargos gerenciales en las empresas privadad as de  mediana y gran dimensión.
                              
Mantener una denuncia permanente de las acciones “imperialistas” de los países capitalistas acusándolos de mantener un complot permanente  con la “oligarquía nacional” con miras a deponer el gobierno “revolucionario”. 

Pero el pueblo venezolano sigue viviendo entre dos promesas, la de la igualdad que simplemente anuncia  una economía de subsistencia y un satanizado crecimiento económico individual que es visto nada menos que en los dirigentes de la revolución quienes califican de inmoral el enriquecimiento de los funcionarios públicos en un claro doble discurso  que es aceptado por algunos  ingenuos que siguen creyendo en la posibilidad de cambio y por otros quienes aún sospechando la falsedad del  discurso  aspiran poder pescar en río revuelto.

No falta mucho entonces para que nos comiencen a hablar de la dictadura del proletariado  y del paso de la fase de transición al socialismo real. Hay que estar muy atentos a los pasos que está dando el  gobierno tomando en sus manos los libros de Noam Chomsky y Alan Woods y pregonando las ideas de Trostky y a través de ellas las de Marx y Lenin.