Venezuela ha sido protagonista de uno de los experimentos sociales más importantes de la historia reciente de lose países del tercer mundo. No ha sido obra de la casualidad ni de un bravo pueblo decididó a romper con las cadenas de la injusticia social; en realidad lo ocurrido es producto de circunstancias muy particulares. El boom petrolero generó una indiscutible bonanza económica para es país desde inicios del siglo XX. Venezuela pasó de ser un pequeño país agrícola a ser una de las principales potencias petroleras del mundo. Fenómenos como el éxodo de campesinos a la ciudad generaron la marginalidad en las ciudades mientras el país se desarrollaba en la parte de infraestructura, pero manteniendo serias deficiencias en lo social.
Con el siglo XX surgieron en el mundo grandes movimientos sociales, en su gran parte inspirados por las premisas del marxismo, que pregonaba una teoría científica que se basó en la tesis de que las sociedades tienden a luchar en contra de las desigualdades en procesos que indefectibleme deben culminar con explosiones sociales en medio de violentas revoluciones que tratan de imponer un nuevo sistema más igualitario y en teoría más justo: el socialismo.
Venezuela no fue ajena a esa tendencia y superadas las etapas de modernización que se iniciaron en la dictadura de Juan Vicente Gómez y que culminaron con la fundación del sistema democrático que mejor funcionó en el continente, dentro del cual se gestó una nueva etapa para el país que se caracterizó por la búsqueda de una sociedad más justa en el marco del desarrollo de las nuevas teorías de los derechos humanos y los derechos sociales que se desarrollaron sobretodo en la postguerra.
El experimento social de Venezuela, contrario a lo que pudiera pensarse no se inicia con Chávez, las raíces están en Acción Democrática y los demás partidos que se conformaron a finales de la primera mitad del siglo XX y en la segunda mitad de este. Copei trató de imponer las ideas de un llamado socialismo cristiano con varía vertientes, incluida una radical que llevó al poder a Liis Herrera Campins con consignas como la sociedad comunitaria y el Estado,promotor. Estos movimientos surgieron en el marco de un régimen democrático con un marcado signo electoralista dentro de un sistema que dio fuerza a la representatividad en el parlamento. El sistema no funciono principalmente por el fenómeno de la corrupción esto dio origen al surgimiento de un movimiento guerrillero que lejos de tener orígenes en las masas aparecía élitesco y nutrido por intelectuales de clase media alzados en armas en nombre de un pueblo que no los entendió.
En primer gobierno de Rafael Caldera se dio un proceso de paz que puso fin al movimiento armado, la izquierda estaba derrotada, no sólo en ese escenario sino también en el seno de Acción Democrática que apareció dividida derrotando a los sectores radicales de la izquierda adeca. Prieto Figueroa el icono adeco de las luchas sociales fue derrotado en las urnas. La corrupción comenzó a manifestarse tanto en AD como en Copei y en el segundo gobierno de Carlos Amdrés Pérez se abrió campo a las ideas desarrollistas de Pedro Tinoco y Diego Arria, inspiradas en el modelo brasilero que se abría campo como un feliz fenómeno de prosperidad en el continente.
Las teorías reformistas aparecían fracasadas, la democracia social inviable y el socialismo democrático surgido tras la pacificación de la guerrilla y liderado por Teodor, Pompeyo Márquez, Américo Martín y José Vicente Rangel a pesar de haber tomado algunos cargos dentro de la creciente burocracia que devoraba al país nunca llegaron a ubicarse en posiciones realmente de poder. En el 89 el fracaso era evidente, se produjo entonces la rebelión popular en el caracazo, sin un norte definido pero rebelión al fin y al cabo. Los manifestantes fueron aplastados por una reprensión brutal ordenada desde él gobierno, aún no se sabe cuántos fueron los muertos.
Finalmente en el 92 aparece la figura de Chávez en una azonada militar que aunque inicialmente fracasó llevó al poder al actual régimen que en parte recogió las banderas de la izquierda que había fracasado en la guerrilla y en parte comenzó a desarrollar un nuevo orden con fundamentos en el marxismo altamente influenciado por la revolución cubana. El experimento continuó, ahora en manos de militares. Los resultados no pueden ser peores: la corrupción en lugar de desaparecer es aún mayor, él desabastecimiento, él hambre, la falta de justicia como consecuencia parcialización los órganos encargados de administrarla, la falta de seguridad jurídica y el surgimiento de una nueva clase opresora conformada por militares, burócratas y enchufados en el poder han hecho que los sueños de justicia social se esfumen.
El país está al borde de la explosión, pero no hay un norte definido. El gran peligro de esta circunstancia es que cambiemos lo malo que tememos por un régimen de terror que podría imponerse antes de que encontremos un ideal que conquistar. Se habla de liberalismo, de fuerza a la iniciativa privada, de capitalismo popular y de la necesidad de trabajar unidos en la reconstrucción del país. Las armas siguen en manos del oficialismo que a pesar de estar cada vez más desprestigiado sigue pregonando igualdad social y siguen manifestando ser defensores de un pueblo del cual están cada vez más lejanos. Definitivamente el experimento ha fracasado.