Qué triste es ver cómo nos están matando los sueños, cómo han hecho que muchas personas, jóvenes incluidos, comiencen a pensar que una sociedad más justa no es posible, que los sueños de los poetas mueren en la poesía y que la utopía ya no es más una posibilidad para la humanidad.
El mundo de los ríos de leche y miel ha pasado a ser algo que simplemente nos causa risa. El trabajar para los demás está dejando de tener sentido y el egoísmo sigue reinando.
Es seguro que no podremos ver una sociedad mejor, en la que la armonía social se convierta en bienestar para todos, pero hago mis votos por qué sigamos evolucionando como seres humanos hacia un mundo mejor.