La revolución cubana se produjo en medio de una explosión de propaganda que creó una serie de iconos que de alguna manera daba una visión épica del proceso que se iniciaba, el fracaso del comunismo soviético aún no estaba claro y la revolución cultural de Mao en China aparecía prometedora para algunos sectores que estaban convencidos de que el capitalismo era un sistema injusto en el que la mayoría de la población era oprimida por unas minorías poderosas e insensibles que detentaban el poder económico y el poder político. Hoy día Venezuela vive un proceso que trata de copiar en buena parte el de los cubanos, pero en un contexto histórico totalmente distinto, la pregunta es si puede subsistir y evolucionar hacia una sociedad mas justa.
Diez años han transcurrido, el proceso venezolano ha sido lento, relativamente incruento si lo comparamos con el proceso cubano y los procesos chino y soviético, lo cual no quiere decir que no se hayan cometido excesos que han dado al traste con la vida y la libertad de unos cuantos venezolanos que se ubicaron en el bando opositor, en el lado oficialista también unos pocos han perdido la vida por la causa revolucionaria; Sin embargo, en ninguno de los dos bandos han surgido los martines o los héroes caídos que sirvieron de apoyo a otras revoluciones.
Tampoco hemos visto que surja un nuevo contrato social manado del acuerdo entre los venezolanos, al contrario, se han lanzado ideas y proyectos desde un solo sector, se ha anulado el pluralismo en los cuerpos legislativos, el ejecutivo aparece dominado por el oficialismo en casi todo el país y donde la oposición pretende ocupar espacios es apabullada por el poder central.
El pueblo ha recibido atención en salud, alimentación, educación y a pesar de los esfuerzos no ha podido ser atendido en sus necesidades de vivienda y seguridad. Los barrios siguen siendo campos de batalla en los que el enfrentamiento no es entre clases, sino entre los delincuentes y sus victimas, todos de estratos humildes. Las clases mas privilegiadas siguen disfrutando de de su bonanza, pero ahora con el temor de ser despojadas de sus bienes y privilegios, se ven en el espejo de los propietarios de algunas empresas que han sido nacionalizadas,
Los jueces deben responder a los postulados de la revolución para impartir justicia, a los maestros se les exige estar con el proceso, lo mismo que a los tecnócratas en las empresas del Estado, los funcionarios públicos aparecen como una nueva clase privilegiada, disfrutan de los mejores sueldos y bonificaciones, automóviles, aviones a su servicio y guardaespaldas privados.
La corrupción es el pan de cada día y la ineficiencia se deja ver a diario en las oficinas públicas. Sin embargo, la revolución se mantiene en el poder, sin héroes y con un solo líder, sin cambios profundos, manteniendo viejas estructuras, con un programa claro en el papel, pero turbio en los hechos. El capitalismo mundial está en crisis y no termina de aparecer un modelo intermedio, la oposición no termina de presentar una propuesta que pueda tener arraigo en el pueblo y el gobierno se niega anegociar con los representantes del viejo liderazgo.
Diez años han transcurrido, el proceso venezolano ha sido lento, relativamente incruento si lo comparamos con el proceso cubano y los procesos chino y soviético, lo cual no quiere decir que no se hayan cometido excesos que han dado al traste con la vida y la libertad de unos cuantos venezolanos que se ubicaron en el bando opositor, en el lado oficialista también unos pocos han perdido la vida por la causa revolucionaria; Sin embargo, en ninguno de los dos bandos han surgido los martines o los héroes caídos que sirvieron de apoyo a otras revoluciones.
Tampoco hemos visto que surja un nuevo contrato social manado del acuerdo entre los venezolanos, al contrario, se han lanzado ideas y proyectos desde un solo sector, se ha anulado el pluralismo en los cuerpos legislativos, el ejecutivo aparece dominado por el oficialismo en casi todo el país y donde la oposición pretende ocupar espacios es apabullada por el poder central.
El pueblo ha recibido atención en salud, alimentación, educación y a pesar de los esfuerzos no ha podido ser atendido en sus necesidades de vivienda y seguridad. Los barrios siguen siendo campos de batalla en los que el enfrentamiento no es entre clases, sino entre los delincuentes y sus victimas, todos de estratos humildes. Las clases mas privilegiadas siguen disfrutando de de su bonanza, pero ahora con el temor de ser despojadas de sus bienes y privilegios, se ven en el espejo de los propietarios de algunas empresas que han sido nacionalizadas,
Los jueces deben responder a los postulados de la revolución para impartir justicia, a los maestros se les exige estar con el proceso, lo mismo que a los tecnócratas en las empresas del Estado, los funcionarios públicos aparecen como una nueva clase privilegiada, disfrutan de los mejores sueldos y bonificaciones, automóviles, aviones a su servicio y guardaespaldas privados.
La corrupción es el pan de cada día y la ineficiencia se deja ver a diario en las oficinas públicas. Sin embargo, la revolución se mantiene en el poder, sin héroes y con un solo líder, sin cambios profundos, manteniendo viejas estructuras, con un programa claro en el papel, pero turbio en los hechos. El capitalismo mundial está en crisis y no termina de aparecer un modelo intermedio, la oposición no termina de presentar una propuesta que pueda tener arraigo en el pueblo y el gobierno se niega anegociar con los representantes del viejo liderazgo.
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