En los días posteriores al 6D, aunque no ha pasado totalmente la euforia del triunfo de la oposición se ha puesto de manifiesto una falta de liderazgo que pareciera estar eclipsando un eventual cambio. La nueva asamblea tiene en principio poder para cambiar las estructuras del Estado, pero los procedimientos pasan por contar con la cooperación de los demás poderes y hasta ahora eso no se ha logrado.
El liderazgo del gobierno construido desde el poder sobre las bases dejadas por Hugo Chávez parece haberse desmoronado, pero las dos cabezas visibles, Maduro y Cabello parecen estar tomando la vía rápida de desconocer la dimensión del triunfo opositor haciendo ver que el poder de la Asamblea no es todo lo determinante que se ha dicho y para ello tratan, en franca contradicción con su retórica, de impugnar algunas curules para amortiguar la situación y mantener el estado de cosas en el país.
La Fuerza Armada ha jugado un papel preponderante, el discurso de Padrino López antes de que el CNE diera los resultados así lo hizo ver, pero posterior a eso los militares se han abstenido de opinar sobre el desarrollo de los acontecimientos, lo cual es otra muestra de la falta de liderazgo tanto a lo interno en la institución castrense como en la MUD que no ha dado muestras de exigirle a esta que siga respaldando al cambio, pero también dentro del gobierno que tampoco ha demostrado que actúa con el soporte de los militares.
Es posible que no haya llegado aún el momento de actuar y que todo lo dicho sea puesto por tierra en el momento de hacer efectivos los cambios, pero es muy mal síntoma que el gobierno esté difundiendo un discurso de confrontación mientras la oposición está de bajo perfil sin que aparezca un líder que le sirva de vocero. La naturaleza del parlamento, sin embargo es plural, por lo cual habremos de tener paciencia y esperar que las diversas tendencias se pongan de acuerdo para actuar en defensa de sus ideales,