El General Raúl Baduel, imputado hoy por la Fiscalía Militar, ha tenido razón desde que pidió convocar a una constituyente para poner término al gobierno de Hugo Chávez.
Una nueva constitución es la única vía legítima para hacer un cambio radical en el país que ponga al traste con los signos totalitarios del actual gobierno,; Sin embargo, la oposición no ha tomado en cuenta la solicitud por varias razones que son ajenas a la propuesta.
La primera es la ausencia de liderazgo de los grupos opositores. Lo cual hace que sea incierto un cambio de gobierno, pues no hay una cabeza visible en la oposición que pueda aglutinar los electores suficientes a la hora de una elección de presidente.
La segunda la poca credibilidad de Baduel, reforzada con la actitud de Arias Cárdenas después de su regreso al chavismo después de arrastrarse a los pies del presidente, sin mostrar signo alguno de pudor o vergüenza política.
Otra es la atomización y el afán de poder de los grupos opositores que ven dificil la posibilidad de colocar a los representantes de sus tendencias en la eventual Asamblea que se constituya, dilatando las decisiones hasta que las condiciones están dadas.
Finalmente, el hecho cierto de que los poderes públicos, especialmente los que pudieran tener algún poder de decisión a la hora de arbitrar en una eventual desavenencia a la hora de contabilizar los votos en los refrenda constitucionales.
De todas formas la propuesta de Baduel no deja de ser valida, falta solo voluntad política y deseos de cambio.
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