La revolución bolivariana que ya ha cumplido diez años en Venezuela ha iniciado una guerra frontal a la descentralización, proceso que se había iniciado con éxito desde hace ya varios años y que había permitido a los estados y a las municipalidades elegir su propio poder ejecutivo.
Da la impresión que la elección de dirigentes opositores como Antonio Ledezma, Cesar Prez Vivas, Henrique Capriles Radonsky, Enrique Salas Feo y Manuel Rosales entre otros, ha sido visto como un freno al desarrollo del proyecto revolucionario de Chávez y se ha iniciado una encarnizada batalla en contra de sus gobiernos regionales para evitar su acción en contra de los principios revolucionarios.
Las gobernaciones y alcaldías fueron entregadas diezmadas en sus bienes esenciales, a Cesar Perez Vivas le demoraron la entrega del cargo mas de un mes de lo previsto y paralelamente interpusieron un recurso en contra de su elección, a Manuel Rosales le han amenazado con cárcel para inhabilitarlo, el Concejo Metropolitano de Alcaldes fuñe saboteado por grupos seguidores del oficialismo, los esfuerzos por imponer medidas para mejorar la fluidez del tránsito en Caracas han sido frustrados por acciones legales interpuestas por el gobierno y por ultimo se está discutiendo una Ley que le quita a los gobernadores buena parte de sus competencias violando la Constitución.
Todos estos hechos dejan ver cual es el destino que pretenden construir a través de la supuesta revolución, que parece estar cerrando el paso al pluralismo y a la democracia, yendo en contra de sus propios principios y acumulando cada vez mas poder en un pequeño grupo.
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