martes, abril 07, 2009

Sentimientos.

No hay que estar de un lado o del otro para sentir lo que estamos sintiendo ante los últimos acontecimientos en Venezuela. Me imagino que el pueblo de Cuba sintió algo similar cuando cientos de colaboradores del régimen de Batista y hasta unos cuantos ex seguidores de la revolución fueron pasados al paredón.

El dolor no es que se haya condenado a un grupo de personas a la pena máxima, el dolor es porque pareciera que se ha perdido el norte de la justicia y todo apunta a que así ha sido. No he visto los expedientes, posiblemente nunca lo haré, así que no puedo asegurar nada, solo decir que es triste que hayamos llegado a esto.

El odio, la violencia, la desunión tienen una fértil semilla en hechos como estos. Si repasamos el camino de infamias, los muertos, la marcha ensangrentada, el discurso de Rincón, el de Carmona, la entrega de los comisarios negándoles el asilo, el tortuoso juicio radicado fuera de los tribunales naturales, la sentencia, el dolor de los familiares.

Pidamos a Dios esta semana por Venezuela, pidamos que nos ayude a ver las cosas con claridad, pidamos porque podamos vivir en paz, porque se sanen las heridas que se han abierto, pidamos por quienes sufren la injusticia y por quienes están cegados por el poder.

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