domingo, julio 19, 2009

Zelaya: La punta del iceberg.

El lapidario pronostico de Hugo Chávez de que el gobierno de Micheletti seria tan breve como el de Carmona no se cumplió pese a que la comunidad internacional ha manifestado su desacuerdo con el golpe que puso en el poder al sustituto de Zelaya ni a que el propio Chávez le haya prestado un avión para hacer maniobras sobre la pista del aeropuerto de Tegucigalpa, ni porque Telesur ha hecho una campaña que ni en los tiempos de Vietnam o de las Malvinas vimos por medio alguno.

Parece mas bien que la comunidad internacional ha creído en las disculpas de Micheletti, según las cuales quien rompió el hilo constitucional fue Zelaya y quienes pusieron en el poder al presidente de facto lo hcieron par defender la institucionalidad y la prueba es que todos los poderes hondureños rechazan el golpe.

El razonamiento de Micheletti trae a mi mente los discursos de la izquierda radical que hablaba de un sometimiento del pueblo a una institucionalidad perversa, en la que el gran capital se adueña del poder político gracias al poder económico que ostenta, así compra las conciencias de jueces, magistrados, diputados, alcaldes, gobernadores y hasta partidos políticos, eso en la mas pura teoria marxista explica la existencia del estado burgués.

Pero quienes vivimos la realidad de hoy nos damos cuenta que una propuesta socialista no libra de institucionalidad perversa, sino que al contrario ahonda el problema de la usurpación del poder politico por quienes manejan los dineros del Estado, que en este sistema pasa no solo a manejar el erario publico sino todos los medios de producción, de allí surge la tiranía, el abuso de poder y la ruptura con los mas elementales derechos del hombre, como la libertad de expresión, el derecho de propiedad, el derecho a manifestar y tantos otros.

Sostengo que el sistema capitalista debe ser superado, pero creo que el ser humano está en un estado evolutivo que le impide construir un a sociedad diferente, mas igualitaria, menos represiva. Los cambios deberían ser graduales y debemos prepararnos para ver a muchos Michelettis peleando con Zelayas por pequeñas parcelas del poder global y a muchos Chávez apoyando a uno u otro, lamentablemente.

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