El gobierno de Chávez está por cumplir once años en el poder, once años anunciando cambios que no terminan por concretarse y que solo se reflejan en la realidad gracias la torpeza de quienes han querido tomar alguna bandera a favor o en contra de ellos.
No sé si soy injusto cuando digo que no se ha concretado ningún cambio, pues ahora los camiones no pueden llevar propaganda de los productos que transportan, Telefonos de Venezuela ha vuelto a manos del Estado, el Canal dos dejó de ser Radio Caracas para convertirse en TVES, un canal que nadie ve, el sistema de salud Barrio Adentro que fue creado después de la crisis de 2002 se ha contagiado de la ineficiencia de las instituciones gubernamentales, los banqueros gobiernistas han sido castigados por ejercer tráfico de influencias, ahora hay areperas socialistas y el bolívar fuerte ha iniciado su carrera de devaluación.
Pero lo cierto es que este país no vive una verdadera revolución y que el socialismo no sabemos si es una marca o un slogan, solo sabemos que tiene más que ver con una campaña publicitaria que con un sistema de gobierno.
También es cierto que nadie ha tenido éxito en la tarea de cambiar las estructuras de poder que se instalaron hace ya casi once años y que por los vientos que soplan las cosas seguirán iguales por ahora. Privaran de la libertad a más políticos por disentir, más políticos terminarán en el exilio y esperemos que no, morirán más estudiantes, pero las cosas tienden a permanecer iguales.
No sé si soy injusto cuando digo que no se ha concretado ningún cambio, pues ahora los camiones no pueden llevar propaganda de los productos que transportan, Telefonos de Venezuela ha vuelto a manos del Estado, el Canal dos dejó de ser Radio Caracas para convertirse en TVES, un canal que nadie ve, el sistema de salud Barrio Adentro que fue creado después de la crisis de 2002 se ha contagiado de la ineficiencia de las instituciones gubernamentales, los banqueros gobiernistas han sido castigados por ejercer tráfico de influencias, ahora hay areperas socialistas y el bolívar fuerte ha iniciado su carrera de devaluación.
Pero lo cierto es que este país no vive una verdadera revolución y que el socialismo no sabemos si es una marca o un slogan, solo sabemos que tiene más que ver con una campaña publicitaria que con un sistema de gobierno.
También es cierto que nadie ha tenido éxito en la tarea de cambiar las estructuras de poder que se instalaron hace ya casi once años y que por los vientos que soplan las cosas seguirán iguales por ahora. Privaran de la libertad a más políticos por disentir, más políticos terminarán en el exilio y esperemos que no, morirán más estudiantes, pero las cosas tienden a permanecer iguales.
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