sábado, noviembre 09, 2013

La izquierda y la derecha

El proceso que vive Venezuela ha tenido la particularidad de haber polarizado la población. Hoy día se habla de chavistas y anti chavistas, los primeros recogieron las banderas de la vieja izquierda aún antes de que el  expresidente Chávez se proclamara socialista.

Pero ¿que significa ser de izquierda en Venezuela y que significa serlo en el resto del mundo en el pleno siglo XXI? En Venezuela para muchos ser de izquierda es simplemente ser pro gobierno, lo cual implica apoyar un proyecto socialista que en la práctica está más cerca del populismo de los años cincuenta que de los gobiernos revolucionarios de postguerra en Europa Oriental o del mismo modelo cubano. En el resto del mundo ser de izquierda representa simplemente un anacronismo, ya que se ha aceptado que se trata de una simple etiqueta.

La sociedad sin embargo avanza hacia nuevas formas de gobierno en las que la participación popular aumenta a medida que la educación se masifica y se rompen las barreras culturales que  fueron el caldo de cultivo para las desigualdades sociales, pero también para las luchas populares que hicieron que los derechos humanos, en especial los derechos económicos sociales y culturales alcanzaran la relevancia que tienen hoy día en el mundo entero.

El Estado Social de Derecho.

A partir de la revolución francesa comienzan a imponerse en el mundo las ideas de la libertad y la igualdad de todos los seres humanos, se gestó entonces un proceso en el cual las sociedades  comenzaron a avanzar hacia un ideal de justicia social, con posterioridad aparecen los primeros gobiernos que se declararon socialistas en el mundo, primero Rusia, luego otros países de Europa, China, Cuba en los sesenta, Chile en los setenta y Nicaragua en los ochenta. Los noventa trajeron el colapso de la Unión Soviética y el desplome de las revoluciones en buena parte de los llamados países de su órbita,  muchos pensaron que se había llegado al punto final de la historia y que con la globalización y el libre mercado el mundo pasaría a ser dominado por quienes controlan el poder económico.

Esa visión del fin de la historia es realmente una visión simplista, que no toma en cuenta una serie de fenómenos sociales que comenzaron a influir en la evolución de los factores  políticos en el mundo. En el campo internacional la desigualad de las economías de los países del llamado primer mundo con los países que con no poca ironía los sociólogos y economistas han llamado en vías de desarrollo, ha pasado a crear una serie de fenómenos que apenas han comenzado a manifestarse. Por un lado ha surgido un bloque llamado de países progresistas que se han propuesto hacer frente a quienes controlan las fuerzas del mercado. Si atendiéramos a la antigua división de derecha e izquierda sería obvio que estos últimos representarían a la primera, mientras que en la izquierda estarían los países de la alianza que les enfrenta,

Pero si analizamos los regímenes que gobiernan en unos u otros países no podemos asegurar que los avances sociales, esto es los derechos sociales, la participación democrática, la libertad, el  respeto a los derechos humanos   y la justicia social encuadre dentro de las políticas que se imponen en unos u otros países. España e Inglaterra por  ejemplo son monarquías, dentro de la concepción original de izquierda y derecha no se podría estar más a la derecha de allí; sin embargo la seguridad social, la libertad personal  y otros derechos son mucho más efectivos en estos países que en otros donde persisten los regímenes de izquierda que surgieron a mediados del siglo pasado, el ejemplo clásico sería China, pero muchos podrán decir que allí existe un doble modelo que es más capitalista que el que existe en Norte  América o en la Europa Occidental. Otros ejemplos sería Corea, Irán, Bielorusia y otros países que se siguen llamando comunistas y que en definitiva no son más que dictaduras hereditarias con un alto contenido de populismo, pero donde la libertad es vista como un obstáculo al desarrollo de las políticas gubernamentales. 

Así que hoy día las etiquetas de izquierdista o derechista no describen el significado que se les dio en una época. Lo que si es cierto es que las luchas sociales continúan, en el mundo entero aparecen grupos críticos que con distintas intensidades que van desde las protestas pacificas hasta las más radicales acciones terroristas lanzan discursos que proponen una mayor justicia social dentro de un marco de reconocimiento y protección a los Derechos Humanos. Creo que todos los seres humanos queremos un mundo más justo para poder convivir pacíficamente con nuestros semejantes y la única forma viable para hacerlo es a través de mecanismos democráticos que distribuyan el poder entre todas las personas. 

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