sábado, abril 12, 2014

El diálogo como recurso.

Los procesos revolucionarios del siglo XX no fueron ajenos a la propaganda, de hecho las campañas de ideologización se basaron en estrategias de divulgación de los conceptos básicos del socialismo y del comunismo. De hecho el comunismo debió des lastrares del peso de ser  visto por muchos como una secta atea y una fuerza violenta que trataba  de imponer sus ideas en el mundo entero para cambiar a la humanidad.

 Así los países comunistas siguiendo los lineamientos de la revolución soviética y la revolución China diseñaron una estrategia publicitaria que utilizó diversos medios y que basó su campaña en dos elementos básicos y en un elemento complejo constituido por la conjunción de los dos primeros: el miedo y la simpatía veamos:
 1)  El miedo fue  base al cual sobre la cual se construyó  la imagen de un ser revolucionario rudo, capaz de utilizar la fuerza para defender sus ideas, de allí las barbas, las botas, el fusil al hombro, las motos de los miembros de los colectivos, el lenguaje agresivo y vulgar de Lina
2) La. Simpatía, basada en el ideal de lucha: el fin último de la revolución es construir una sociedad de justicia e igualdad.
3) el binomio miedo-simpatía: esa dos fuerzas aparentemente contradictorias que inducen a mucha  gente a respaldar el discurso socialista en función de colocarse del lado más fuerte (miedo) y del que tiene los ideales más altos (simpatía) Hay una base filosófica que legítima el uso latente de la fuerza como posible medio para repeler las manifestaciones contra revolucionarias que de acuerdo a la teoría del materialismo histórico necesariamente que darse al responder las fuerzas sociales a la ley de acción-reacción heredada de la física.


Existe una teoría de un brasileño de tendencia de derecha extrema, Plinio Correa,  que habla  de que en el momento de analizar la propaganda socialista se puede identificar que en el discurso surgen una serie de palabras inadvertidas que son verdaderos talismanes del proceso de ideologización  que se induce en las personas, algunas de esas palabras son utilizadas en sentido negativo para lograr sentimientos adversos contra el enemigo, son por ejemplo las palabras corrupción, traición, egoísmo, explotación, imperialismo,  etc. Pero además hay otras palabras a las que se les da un sentido positivo como diálogo, entendimiento, justicia, igualdad, libertad, fraternidad, patriotismo etc. Ambas categorías de palabras son tomadas de forma tal que permitan una flexibilidad suficiente para incluirlas de forma tal que le al discurso el sentido de respaldo que se busca hacia el proyecto revolucionario, es por eso que son talismanes que producen un impacto capaz de transformar la ideología de las personas y es por ello que son repetidas hasta la saciedad en el discurso,
  

Aparece entonces el diálogo en el discurso. El diálogo es visto como una palabra-talismán que tiene además la particularidad de ser un término flexible, una especie de proceso de sanción social que lleva a la solución de todos los conflictos y que se utiliza cuando el antagonismo lleva a límites que ponen en peligro los procesos de cambio. El diálogo puede ser utilizado simplemente para generar una discusión, que se diferencia del diálogo porque su fin es demostrar que existen diversas posiciones y tendencias, mientras que el diálogo en el mejor sentido es una forma de buscar una síntesis en las ideas para construir un ideal común. En otras palabras el diálogo  un medio de reconciliación y reencuentro, mientras la discusión es todo lo contrario. El sentido de diálogo como palabra talismán dentro de la propaganda revolucionaria sería para Correa  simplemente un concepto flexibilizado del término para lleva a ser sinónimo concepto de discusión, por ende tiende a diferenciar posiciones para determinar la existencia de conflictos.

Dentro de la flexibilización del concepto de diálogo como palabra talismán van a aparecer las,palabras paz, democracia y coexistencia;  razón por la cual la luz de la palabra diálogo no va a está implícita en sí misma sino que responde a una ilusión creada en el discurso. En el caso específico del proceso de diálogo iniciado en Venezuela estamos  frente a una estrategia de propaganda para frenar la reacción al proceso revolucionario que se encuentra en un estado crítico por la manifestación de de elementos que lo enrarecen y lo ponen en peligro y su finalidad no es otra que determinar la existencia de posiciones antagónicas, no para renunciar a principios o buscar terceras vías que desvirtúen el proceso histórico del país. 

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