Si vemos a Venezuela como un gran tablero de ajedrez podemos ver cómo durante 17 años se ha venido jugando un juego macabro en el cual se han sacrificado miles de peones para llegar al punto donde estamos. La oposición que tiene las fichas negras, pues le tocó salir al gobierno con las fichas blancas, ha logrado coronar a una de sus piezas logrando tener un nueva reina que es la Asamblea Nacional, pero este está siendo atacado por todos los flancos, muy especialmente por una reina, representada el el TSJ, capaz de comerse a cualquier pieza gracias a su gran capacidad de movilizarse.
Los peone ayudaron a las blancas a llegar al punto donde se encuentran ahora y si bien ahora son muchos menos, también se sacrificó una pieza importante, la Asamblea Nacional, equivalente a una reina, pero ya habían Coronado otras tres, una fuerte y poderosa representada en la fuerza armada que debía ser un alfil o una torre, pero que es reina porque su movilidad ha sido comprada para investirle de un gran poder, también coronaron a un CNE poderoso y dispuesto a defender al Rey, la otra es el TSJ cuyo poder ya ha sido puesto de manifiesto.
La oposición cuenta todavía con su reina recién coronada que es la AN, con algunos alfiles, torres y caballos que son los gobernadores de oposición, los alcaldes, concejales y legisladores regionales, pero lo más importante cuenta con muchos más peones que los que respaldan al gobierno.
En el ajedrez deben preverse la movidas que va a dar el enemigo para evitarlas. La oposición ha demostrado hasta ahora imprevisión y ha permitido el avance de su contenedor ya en dos oportunidades: primero cuando cayó en la trampa que permitió al TSJ aprobar la emergencia económica propuesta por el ejecutivo y luego tratando de eliminar las competencia de la Asamblea, lo cual de lograrse representaría un jaque a la reina que puede llevar directamente a que sea elimina facilitando así el jaque mate
El juego no está perdido para ninguno de los dos jugadores, si la oposición logra conservar sus peones puede llegar a coronarlos y equiparar fuerzas con su contendor, pero tiene que saber jugar y evitar nuevos descuidos, el gobierno aunque con menos peones todavía conserva la fuerza de sus las tres reinas que ha podido coronar en un largo juego de 17 años que ha hecho que sea un hábil jugador y que además tiene asesores fuera del tablero que están en un permanente estudio de las situaciones posibles en el juego. Muchos esperan que el Rey de las blancas o mejor de las rojas se rinda, pero para que eso ocurra en un tablero de ajedrez tendría que estar viendo una muerte segura en pocas jugadas: el jaque mate que no llega,
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