miércoles, enero 31, 2007

Evolución del concepto de propiedad privada.

Una de las mayores preocupaciones de los venezolanos de clase media ante la inminente instauración de un régimen socialista es la propiedad sobre los bienes. La propiedad privada es una institución jurídica, un derecho, que se ha venido desarrollando con la civilización misma. En la antigüedad la propiedad podía ser ejercida incluso sobre las personas, pero poco a poco el concepto de propiedad se fue desarrollando y se le impusieron límites.

Hoy día la propiedad no solo da derechos sino que también impone obligaciones: hay que pagar impuestos, ciertos bienes como la tierra tienen la carga de ser usada sin deterioro del medio ambiente y así sucesivamente. En el derecho moderno aparece el concepto de función social de la propiedad, una carga atribuida a cierta categoría de bienes, es clásico el ejemplo de la tierra agrícola que en nuestra legislación debe ser usada con fines productivos, respetando el medio ambiente y la las normas laborales.

Pero la pregunta es si puede existir la propiedad privada en un régimen socialista. La respuesta no es tan simple, habría primero que definir lo que es un régimen socialista; en principio, el socialismo real descarta la propiedad privada sobre los bienes de producción, esto es todo los vienes que producen plusvalía, pues en teoría la plusvalía producirá la acumulación de capitales y la acumulación de capitales terminará indefectiblemente en la explotación del hombre por el hombre.

Pero en la práctica siempre habrá propiedad privada sobre cierto tipo de vienes, al menos existirá la posesión aunque sin titularidad formal.En Cuba, por ejemplo existen registros clandestinos de propiedades inmobiliarias, que aunque no son reconocidos por el Estado formalmente, son reconocidos de hecho por la sociedad y por el Estado a través de mecanismos de corrupción. También existe el comercio de bienes hecho por particulares en el llamado mercado negro, en el cual se hacen transacciones sobre bienes que van desde dólares norteamericanos, automóviles hasta sicotropicos, chicles, zapatos deportivos de marcas extranjeras y cualquier clase de mercancía que usted pueda imaginarse. Pero este mercado negro no surge porque no exista la propiedad privada sobre bienes de uso personal y sobre los bienes de consumo, al contrario existe porque la propiedad privada en esos niveles no puede dejar de existir. Todos aspiramos a ser dueños de nuestros objetos de uso personal, del cepillo de dientes, de las prendas intimas, de los alimentos que llevamos a casa, del refrigerador, de la cocina, de los libro que leemos y hasta de los bombillos que iluminan nuestro hogar. Una de las primeras palabras que aprenden a decir nuestros hijos es “mío” denotando sentido de pertenencia sobre los objetos.

El socialismo del siglo XXI que trata de imponerse en Venezuela, hasta donde sabemos trata de establecer un régimen que combine la propiedad privada con del Estado sobre cierto tipo de bienes. En principio el Estado será dueño petróleo y todos minerales que se extraen de la tierra , cosa que no es ninguna novedad, pues desde hace ya casi dos esto viene ocurriendo, además el Estado deberá ser propietario de los bienes considerados “estratégicos”, aquí tenemos el primer problema, que no es otro que la definición de “estratégico”, estratégicos pueden ser los medios de comunicación, pues un uso indebido de estos afecta la seguridad del estado, también pueden ser las tierras agrícolas, porque de ellas depende la soberanía alimentaría de la nación, también pueden ser las tierras urbanas y las viviendas viviendas, porque de ellas depende el cumplimiento del derecho constitucional de todos de tener una vivienda digna y finalmente también será dueño de los bienes de utilidad pública, que si vamos a ver cualquier tipo de bien podría tener una utilidad pública, incluso el reloj que usted lleva puesto en este momento o la computadora que está usando.

Lo cierto es que aunque subsista la propiedad privada, debemos esperar, en este o en cualquier otro régimen que tenga algún grado de racionalidad, que la propiedad sea pechada no solo con cargas fiscales de tipo pecuniario, sino con limitaciones y obligaciones que racionalicen su uso. Se a ha dicho siempre que el problema radica en la discrecionalidad de los funcionarios públicos a la hora de aplicar las leyes. Por ello se hacen necesarias definiciones muy precisas de lo son los bienes de utilidad pública y los bienes estratégicos, pues de la falta de definición de estos dos conceptos deriva la incertidumbre.

Visite también LA SOMBRA DEL PINO LASO

miércoles, enero 24, 2007

A todo pulmón.

Hoy hace dos años publiqué mi primer post en Huella Digital. En una oportunidad le dije a mi hijo Juan Cristóbal que en este blog escribo para el y en realidad en el fondo mis vivencias en esta etapa convulsionada de la vida del mundo y de venezuela merecen ser escritas para que ellos tengan en un futuro una referencia de un mortal como cualquier otro de lo que ocurrió en estos días, pero creo que además de eso es una forma de ventilar mis ideas, buenas o malas pero mías como dice la canción de Alejandro Lerner. Cuando paso una temporada mas o menos larga sin escribir Juan Cristóbal me pregunta por qué no he vuelto a hacerlo.
Gracias a todos quienes me han apoyado con la tarea de escribir esta bitácora que bien se complementa con La Sombra del Pino Laso que también cumple dos años pero mañana, en ella trato de evitar el tema político y escribo sobre cosas mas cotidianas.

Visite también LA SOMBRA DEL PINO LASO

martes, enero 23, 2007

Ni bombos ni platillos.

Hoy 23 de enero se celebran 49 años de la caída de Marcos Pérez Jiménez y el inicio de la era democrática. Cero bombos y platillos en este aniversario en el que el oficialismo se encuentra ocupado en reformar el estado para llevarnos por la senda del socialismo, mientras la oposición, que no sabemos si de veras existe todavía sigue ocupada en pensar que es lo que va a hacer.

Visite también LA SOMBRA DEL PINO LASO

lunes, enero 22, 2007

Barbarie en el siglo XXI

En la historia de las infamias del siglo XXI quedará inscrita la muerte en la horca de Saadan Husein. Estudié derecho en plena vigencia de la Constitución de 1.961, ejercí buena parte de mi carrera estando vigente este texto y el resto bajo la Constitución de 1.999, ambas consagran como pena máxima treinta años de prisión, ni por asomo hablan de la pena de muerte. La Declaración de los Derechos Universal del Hombre consagra el derecho a la vida en su artículo tercero en los siguientes términos:

“Artículo 3:Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”

Pero aún más, las tablas de Moisés que contienen los mandamientos de la Ley de Dios establecen el precepto de “no matar”.

Nunca he entendido como países como Estados Unidos, que se tienen como íconos de la civilización mantienen la pena de muerte. Ustedes dirán que Hussein fue juzgado y ejecutado en Irán, no discuto ese hecho, pero igual la pena de muerte está vigente en Estados Unidos y todos los años conocemos casos de ejecuciones a delincuentes en ese país. Mi padre contaba que allá por los años cincuenta en Lousiana le tocó ver ahorcar a un ciudadano de raza negra en una plaza de Baton Rouge por haber violado a una mujer de raza blanca, a esos extremos no se llega hoy, pero si sabemos de muchos ciudadanos de ese país y peor aún del nuestro que aplauden la muerte del ex dictador irakí en la horca.

La muerte de Husein va mucho mas allá de la simple ejecución de una sentencia. El medio utilizado, la horca es un método que denota una barbarie mayor aun. Es como si volviésemos a los tiempos de la guillotina. Recuerda esta ejecución la imagen de Abigail Guzmán con su camisa y pantalón de rayas, al mejor estilo de los comics de Superman, siendo exhibido como trofeo por el aprendiz de tirano Ernesto Fujimori allá por los años noventa.

No apruebo los crímenes cometidos por Husein, tampoco los cometidos por Guzmán, pero opino que el acto de ejecución del dictador Irakí fue un acto de barbarie y como tal será recordado en la historia de este siglo.

Visite también LA SOMBRA DEL PINO LASO

Siquiera se murieron los abuelos.

Este poema de Jorge Robledo es mas antioqueño que pasar el aguardiente con ensalada, pero en el fondo es universal. Hoy desde San Cristóbal lo recuerdo como recuerdo a Don Antonio a quien tuve la alegria de conocer y al abuelo Mariano de quien el recuerdo que tengo está las historias que contaba mi padre y mis tías.
Hubo una Antioquia grande y altanera
Un pueblo de hombres libres.
Una raza que odiaba las cadenas
Y en las noches de sílex,
Ahorcaba los luceros y las penas
De las cuerdas de un tiple.

Siquiera se murieron los abuelos
Sin ver cómo se mellan los perfiles.
Hubo una Antioquia sin genuflexiones,
Sin fondos ni declives.
Una raza con alma de bandera,
Y grito de clarines.
Un pueblo que miraba a las estrellas
Buscando sus raíces..

Siquiera se murieron los abuelos
Sin ver cómo afemina la molicie.
Hubo una Antioquia en que las charreteras
Brillaban menos que los paladines.
Una tierra en que el canto de la cuna
Adormecía también los fusiles.
Una raza con sangre entre las venas
Pero sin sangre niña en los botines.

Siquiera se murieron los abuelos
Sin ver los cascos sobre los jazmines.
Hubo una Antioquia en que las hachas eran
Blasones de la estirpe.
Una tierra de granos y espigas,
De cantos y repiques.
Una Antioquia de azules madrugadas
Y tardes apacibles.

Siquiera se murieron los abuelos
Sin sospechar del vergonzoso eclipse.
Hubo una Antioquia en que la Cruz de Cristo
Llenaba el corazón de los humildes,
Una tierra en que el pan era sin llanto,
Y el calor de hogar sin cicatrices.

Siquiera se murieron los abuelos
Frente a la dulce paz de los trapiches.
Hubo una Antioquia donde la esperanza
Medía su estatura en las raíces.
Una raza de hombres que ignoraban
La blanda sumisión de los rediles.
Un pueblo de Patriarcas
Con poder en la voz, no en los fusiles.

Siquiera se murieron los abuelos
Sin ver la omnipotencia de los alfiles.
Hubo una Antioquia de mineros fuertes,
De arrieros invencibles,
De músculos que alzaban el futuro
Como vara de mimbre.
Una raza enfrentada a la montaña
Con tesón de arrecife.

Siquiera se murieron los abuelos
Sin la sensualidad de los cojines.
Hubo una Antioquia donde la alegría
Retozaba en los ojos infantiles.
Un pueblo que creía en las campanas
De las torres humildes,
Y respetaba el grito de la sangre
Y la virginidad de los aljibes.

Siquiera se murieron los abuelos
Creyendo en la blancura de los cisnes.
Hubo una Antioquia de himnos verticales,
De azadas y clarines.
Un pueblo que veía en las estrellas
Dorados espolines,
Y le rezaba a Dios, mientras la luna
Templaba la nostalgia de los tiples.

Siquiera se murieron los abuelos
Con esa muerte elemental y simple.

JORGE ROBLEDO ORTIZ

sábado, enero 20, 2007

La Miseria Invade las Calles

Visitando la página de Alex me encontré con la cruda realidad de todos los días: La miseria que ronda en nuestras calles. Desafortunadamente a medida que psa el tiempo parece que ese flagelo ha ido creciendo y vemos todos los días como ese drama es mas palpable. Ya en San Cristóbal vemos como los indigentes se pelean por una esquina para pedir limosna, como cada día hay mas niños en la calle, como en los basureros hombres y mujeres buscan el sustento y a pesar de que tenemos unos gobernantes que pregonan valores como la solidaridad la hay mas niños en la calle, como en los basureros hombres y mujeres buscan el sustento y a pesar de que tenemos unos gobernantes que pregonan valores como la solidaridad y el amor no vemos que las cosas mejoren, al contrario, las vemos empeorar ¿En qué estamos fallando? ¿Es el sistema? ¿Son nuestros gobernantes? ¿Es cada uno de nosotros? Si supiéramos la respuesta ya se hubiera solucionado el problema. Pero creo que hay una mezcla de indolencia de los individuos, un egoísmo supremo inculcado en una educación que trasmite una serie de valores que nos llevan a la búsqueda de el bienestar propio por encima de cualquier otra cosa y un sistema igualmente indolente y permisivo que acepta que las cosas sigan siendo como son.

sábado, enero 13, 2007

Propiedad y Socialismo

La propiedad según el Código Civil vigente en Venezuela es el derecho que tienen las personas de usar, gozar y disponer de las cosas de manera exclusiva, es decir que quien puede usar, gozar y disponer de un objeto determinado tiene el derecho de propiedad sobre este. Vemos claramente que hay tres elementos o facultades en este derecho: la facultad de uso, la de gozar y la facultad y la de disponer del bien. El uso y el goce se pueden tener sin ser propietario a través de la posesión .Se puede ser poseedor precario, esto es sin tener la titularidad de la propiedad, lo cual limita la facultad de disposición, pues en este caso el derecho de propiedad corresponde a un tercero quien es el verdadero titular del derecho y ha cedido la facultad de uso por medio de una convención o por efecto de la Ley.

En el derecho moderno la propiedad tiene ciertas limitaciones. Ejemplo clásico de ello son las limitaciones impuestas a la propiedad rural por efecto del concepto de función social. Se parte de la base que quien ejerce la propiedad sobre un predio rural tiene una serie de obligaciones impuestas por el Estado en función del beneficio colectivo. Estas obligaciones van desde la conservación del medio ambiente hasta la eficiente hasta el uso productivo de la tierra lo cual implica que el uso de la tierra genere fuentes de empleo cumpliendo además con la tarea de suplir las necesidades básicas de la
Población.

En otros ámbitos la propiedad también es limitada por la Ley y por las convenciones particulares en función de las estructuras de la organización social un ejemplo de ello es la Ley de Propiedad Horizontal que impone obligaciones a los propietarios de apartamentos o las leyes que regulan la propiedad de bienes dedicados a la prestación de servicios tales como salud, educación y comunicaciones.

En todo caso el Estado es regulador de la propiedad de los bienes y esto lo hace en función de la existencia de ciertos derechos fundamentales tales como el derecho a la vida, a la salud, a la alimentación, al trabajo, a la vivienda y a la educación entre otros.
Aparece lógico entonces que en la evolución del Estado estas regulaciones se acentúen disminuyéndose así las facultades de uso y de goce de los bienes objeto de propiedad.
En los Estados socialistas la propiedad privada ha pasado a un segundo plano, siendo sustituida en muchos casos por la propiedad colectiva en persona del Estado como titular de ese derecho. Esto se da básicamente en la propiedad de los medios de producción, aunque se extiende también a propiedad de viviendas, medios de transporte y otros bienes.

Es fundamento del socialismo marxista que el derecho de propiedad de los medios de producción y en general de todos los bienes que cumplan con algún tipo de de función social fuese entendido como propiedad colectiva sustituyéndose así la propiedad privada.

Uno de las críticas planteadas planteados al esquema socialista es el hecho de que al sustituirse la propiedad privada por propiedad colectiva, específicamente de los medios de producción, se desestimula la iniciativa privada y se frena el desarrollo de la economía. Además de esto se acrecienta el poder de los burócratas al pasar a ser quienes dirigen el aparato productivo de la nación.

Los regímenes socialistas no marxistas que se desarrollaron en el siglo XX, especialmente en Europa, optaaron por mantener la propiedad privada, pero imponiendo obligaciones sociales los titulares de este derecho; Sin embargo, el concepto de socialismo marxista en principio no admite la propiedad privada de los medios de producción y aunque en el la actualidad algunos regímenes de origen marxista como el de China y aún el de Cuba han permitido la existencia de la propiedad privada especialmente en la modalidad de inversión extranjera..

Pero el concepto del nuevo socialismo o socialismo del siglo XXI que se esta desarrollando principalmente en Venezuela parece estar inspirado en la concepción marxista tradicional, aunque hasta ahora la propiedad de los medios de producción por parte del Estado se limita a las llamadas industria básicas, los signos parecen evidenciar que esto irá mucho mas allá. El encanto que ejerce sobre el máximo líder de la revolución bolivariana el sistema Cubano, su acercamiento con los regímenes de Corea, China, Vietnam y Bielorrusia. Las invasiones de fundos agrícolas y terrenos y apartamentos en las zonas urbanas por parte de seguidores del proceso, la promesa de la redistribución de la tierra y las amenazas de la limitación de la propiedad de viviendas por parte de algunos alcaldes y otros líderes oficialistas son causas de preocupación para los defensores de la propiedad privada.

Auque debemos decir honestamente que hasta ahora no se ha definido el socialismo del siglo XXI, sino solamente se ha tratado de etiquetar al nuevo sistema que resulte de el avance de la llamada Revolución Bolivariana con ese nombre, puede resultar que en la práctica se llegue a caer en el mismo esquema del socialismo del siglo XX que fracasó estrepitosamente desplomándose por sus propios medios sin intervención de fuerzas extrañas como producto de la excesiva concentración de poder en manos de la burocracia que se estableció con base en las promesas de una sociedad mas justa y que degeneró en una tiranía en la que se cometieron los mas atroces crímenes en nombre de la justicia y la equidad.

El Socialismo visto desde la óptica de los regímenes marxistas del siglo XX en teoría no permitía ningún tipo de propiedad, pues cualquier tipo de acumulación de bienes podrá degenerar en el nacimiento de capitales que al acumularse traen consigo la reorganización de la sociedad en función de la creación de riquezas para beneficio del dueño de estos capitales.

Creemos en función de lo expuesto que en lugar de polemizar sobre el antagonismo de los conceptos capitalismo y socialismo la sociedad debe enfilarse en la tarea de perfeccionar el sistema que nos rige basándose en valores como la solidaridad, la equidad y la justicia social, lo cual en definitiva es tarea del Estado como ente ejecutor de la sociedad organizada. En cuanto al derecho de propiedad se hace necesario que permanezca pero regulado en base a un concepto de responsabilidad social.
Desafortunadamente hoy por hoy la sociedad no parece estar organizada para desarrollarse sin la intervención de un estado fuerte regido por un cuerpo de normas represivas que controlen los desafueros de los ciudadanos que no estén dispuestos a convivir de una manera civilizada. De allí que siempre permanezca latente el peligro de que los gobernantes sean seducidos por la tentación del totalitarismo.