Muerte, mutilación, violencia, odio, dolor injusticia y tantas otras desgracias son solo algunos de los horrores que recaen sobre quienes tienen que vivir un conflicto bélico. En medio de la guerra pagan justos por inocentes. Una dramática historia de la guerra civil española contada por la pluma del poeta Miguel Hernandez daba cuenta de un niño muerto por robarse una cebolla de un campo para mitigar el hambre en medio del conflicto.
Kalshoven y Zegveld (2.005) se plantean el problema de la de la guerra en función de la existencia de un derecho de guerra, el derecho humanitario y parten de la base de que el "derecho humanitario de ningún modo pretende hacer de la guerra una actividad ‘de buen tono’ y esencialmente humana, más o menos comparable a una justa de la Edad Media." Y añaden "mucho más modestamente, se propone impedir que las par tes en un conflicto armado actúen con una crueldad ciega e implacable, y proporcionar la protección fundamental que los más directamente afecta dos por el conflicto necesitan, sin que por ello la guerra deje de seguir sien do lo que siempre ha sido: un fenómeno aterrador."
El Derecho Internacional Humanitario viene a ser entonces un paliativo a los horrores de la guerra, una forma de de hacer más civilizada esa expresión de barbarie. Desde el siglo XVI ya Hugo Grocio hablaba de un IUS AD BELLUN, es decir de un derecho de guerra, justificando en tres casos la guerra: en defensa propia, para reparar un daño o para castigar al enemigo. Grotio además identificó en la costumbre y en el derecho natural algunas normas que se cumplían durante la confrontación. Ho día se atribuye a Grocio la paternidad del derecho internacional y el derecho humanitario.
Otro hito en el Derecho Humanitario se da con el libro Recuerdos de Solferino en el cual al narrar los horrores de una batalla desarrollada en la Europa del Siglo XIX en la que miles de personas morían sin ningún tipo de atención médica lo cual originó que el autor organizó un hospital de campaña, idea que luego plasmó en su libro dando nacimiento pocos años después a la Cruz Roja Internacional.
El derecho consuetudinario y el derecho convencional relativo a los conflictos armados fue dando origen al actual derecho humanitario, teniendo como eje fundamental las convenciones internacionales sobre la materia, en las que las Naciones Unidas ha sido parte primordial.
Nos preguntamos si no es una ironía que exista un derecho para regular la mayor de las manifestaciones de barbarie que conoce la especie humana imponiendo normas que en medio del conflicto es casi imposible que sean respetadas, pero que están latentes para serle aplicadas a quienes resulten derrotados, porque hasta ahora ningún vencedor ha sido sometido a la justicia por haber dirigido las batallas y haber ocasionado a través de ellas la muerte y la destrucción que le dieron el triunfo.