viernes, enero 01, 2016

La hora decisiva: el enfrentamiento de poderes

Calificar el momento que vive Venezuela no es fácil, pero no por falta de adjetivos, sino muy por el contrario porque son muchos los aplicables; pero lo que si podemos aseverar sin temor a equivocarnos es que vivimos tiempos de crisis, pero no de aquellas a que estábamos acostumbrados, sino de la mayor crisis política de lo que va de milenio.

El gobierno se adueñó de los  cinco poderes creados en la Constitución de 1999 y en base a ello  pasó por encima de todas los principios y  normas democráticas; la Constitución y las Leyes pasaron a ser instrumentos elásticos, maleables al antojo de quienes ejercen el poder; pero el seis de diciembre el pueblo, cansado de los abusos dijo no y a pesar de que aparentemente hubo por parte de las autoridades electorales intenciones de desconocer  su poder la democracia se impuso gracias a lo arrollador del triunfo, a la oportuna intervención de la Fuerza Armada y a la presión de los observadores nacionales e internacionales.

Pero la historia no ha terminado, después de haber sido proclamados acreditados los nuevos diputados conformando exactamente la mayoría necesaria para tener todas las competencias que la Constitución da al cuerpo legislativo, a ultima hora el oficialismo cambia magistrados del TSJ y estos admiren un recurso para que se impugnen antes de la juramentación los nombramientos de los diputados necesarios para romper la mayoría calificada.

La impugnación pretendida se hizo por vía de un amparo judicial en tiempo en que la Sala correspondiente del TSJ debía estar de vacaciones, lo cual no es obstáculo para conocer del amparo, pero aunque no se ha decidido el fondo, en una circunscripción decidieron los Magistrados hay lugar a dictar una cautelar que suspende su proclamación, quedando así por fuera cuatro diputados; es decir, toda la representación del Estado Amazonas, con lo cual a simple vista se perdería la mayoría absoluta de la oposición, aunque si se considera que los cuatro suspendidos no forman parte del quórum necesario, el número de ti pitados estaría disminuyendo y la mayoría absoluta podría mantenerse.

A pesar de todo lo dicho hay otros detalles que tiran por tierra la maniobra oficialista: la primera es que los magistrados que dictan la medida cautelar no fueron nombrados siguiendo los procedimientos constitucionales y por esa razón no estaban facultados para actuar; esto pudiera ser cierto, pero para hacerlo valer habría que acudir a la Sala Constitucional para que así fuera declarado; pero hay otras vía, simplemente desconocer la autoridad de la sala por las razones expuestas y otro seria alegar la inmunidad parlamentaria  como fundamento del desconocimiento de la sentencia; esta última vía está prevista principalmente para evitar que los parlamentarios sean enjuiciados por vía penal, pero nada obsta para que también pueda ser alegado el fuero para evitar una sentencia que trata de desconocer la voluntad popular.

Lo cierto es que estamos en ausencia de un poder judicial independiente y el ejecutivo y el partido de gobierno están moviendo los hilos necesarios para que sus títeres actúen en contra de lo ya decidido por el soberano, así que queda un solo recurso: la fuerza, pero la fuerza puede ser ejercida de varias forma, una primera seria la presión internacional, otra la rebelión popular mediante la aplicación del 350 de la Constitución y la última mediante la actuación de la Fuerza Armada; las dos primeras representan graves enfrentamientos de carácter bélico y aunque la última no escapa de esta naturaleza podría ser simplemente un ejercicio de la fuerza a través de una advertencia de la institución castrense de la posibilidad de actuar en defensa de la Constitución. 

Nos inclinamos por el tercer escenario, pero no entendemos por qué la Mesa de la Unidad no ha hecho el llamado correspondiente para que la Fuerza Armada fije posición de una vez por todas, en todo caso habría posibilidad de una respuesta violenta por parte del oficialismo a través de sus órganos paramilitares o a través de las guerrillas bolivarianas que actúan en la zona fronteriza con apoyo de la FARC y el ELN, lo cual ha estado siempre previsto dentro del plan revolucionario. La situación es delicada, nos ayuda el hecho de que hay un proceso de paz avanzando en Colombia y la intervención de las guerrillas de ese país pondría al traste este proceso.

Hasta ahora las cosas han evolucionado dentro de una paz relativa y pese a las triquiñuelas judiciales la vía institución a ha sido el camino seguido, pero hay que estar preparados para todo. Dependemos de que las instituciones sigan funcionando y de que reine la razón y se respeten los principios democráticos. Han sido 17 años de hegemonía de un solo sector y no es fácil que quienes ejercieron un poder absoluto acepten la derrota 

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