Una noche fuí con mi esposa y con mi hija a comerme un perro caliente cerca de casa. Una esquina frente a la casa de mi amigo Roger Parra, un muchachito muy joven atendía el negocio, Camila lo conocía, trabajaba en el gimnasio del Dorado, era Gustavo Villamizar, el chamo que mataron ayer a escasas cuadras del sitio.
Gustavo era un joven trabajador, emprendedor, estudiaba en la Unefa y todas las noches exponía su vida ante la inseguridad y el riesgo de tener un negocio en la calle. Quería una vida mejor, por eso seguramente se arriesgó también desafiando a la Guardia, por eso murió por un sueño, que es el sueño de muchos de nosotros: un país libre.
Valga tu sacrificio para que tus amigos puedan vivir en libertad. Mucho dolor para ellos y tu familia, mucho dolor para un pueblo entero. Gustavo te mataron, pero tu espíritu permanece entre nosotros. Eres grande muchacho. Siempre te recordaremos.
JLR. 29/07/17
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