¿Sambil, símbolo del capitalismo?

Hace dos años el presidente Chávez le dijo a los venezolanos que la única vía posible para una sociedad justa es el socialismo, esto no es nuevo en el discurso, los coqueteos co Fidel Castro y el régimen cubano vienen desde antes de la toma del poder y desde que se instauró el gobierno se ha hablado de ensayar un nuevo modelo de sociedad que en los inicios se llamó socialismo del siglo veintiuno, modelo este que está aún en construcción en el plano teórico.

Cuando Chávez hablo del socialismo como única vía posible se refería al socialismo real, al modelo cubano, el cual tiene como meta la abolición del capitalismo. No estamos seguros que ese modelo tenga suficiente respaldo popular en la actualidad, la abolición de la propiedad privada en nuestro medio resulta una agresión a la mayoría de la población, pues en este país quien no es propietario de algún bienes aspira a serlo, todos estamos inmersos en la sociedad de consumo, tanto así la propuesta central de la oposición en las últimas presidenciales fue una tarjeta de debito recargable por el gobierno mensualmente.

Dentro del fenómeno consumista surgen los grandes centros comerciales al mejor estilo de la sociedad norteamericana, en ellos se establecen tiendas de toda clase, desde joyerías de alta factura hasta baratillos de ropa, franquicias de comida rápida, elegantes restaurantes, cines, salones de juegos infantiles, bancos, peluquerías, electrónica, servicios y cuanto comercio pueda adquirir un espacio.

Sambil se convirtió de repente en una marca para centros comerciales de gran tamaño en Venezuela, hace poco mas o menos surgió el de Chacao que desplazó al CCCT, luego vino el de Margarita que resultó ser un éxito de inmediato, siguió Maracaibo, San Cristóbal, contribuyendo a convertir a un pueblo tradicional en una pujante ciudad y más tarde Barquisimeto.

Ante el éxito del modelo de negocios de los grandes Malls, la constructora Sambil planificó e inició la construcción de un nuevo centro comercial en el centro de Caracas, en la zona de La Candelaria, mucho se comentó sobre la conveniencia o no de la edificación, pero la municipalidad aprobó los permisos y hoy esta casi culminada la obra. A estas alturas el presidente de la República pide estudiar la posibilidad de expropiarla por su inconveniente impacto sobre el tráfico en la zona.

Pareciera entonces que el socialismo inicia una lucha contra uno de los “demonios” capitalistas, el consumismo encarnado en el gigantesco mall de La Candelaria. No sabemos si se trata de otra maniobra publicitaria para llevar a las primeras planas de la prensa un debate en el cual hay dos protagonistas: los constructores del centro comercial, acaudalados comerciantes de origen hebreo y el gobierno pretendiendo tomar la representación dl pueblo “agredido por el capitalismo salvaje.”

Si llega a producirse la expropiación no sabemos cual será su efecto, pero desde la experiencia de lo ocurrido en San Cristóbal con Sambil pareciera que quienes saldrán perdiendo serán los usuarios potenciales, es decir el pueblo.