La economía, la política y la ética son los fundamentos de la sociedad, esta trilogía es analizada por Leonardo Boff en una de sus últimas columnas. En su análisis Boff llega a la conclusión de que a partir de la revolución industrial la economía pasa a ahogar a la política que es la base de las instituciones que conforman la organización del poder en la sociedad y la ética que es la base de la justicia y la paz a través de los valores.
La tesis de Boff sostiene que al imponerse la economía sobre la política y la ética llegamos al borde de un abismo que nos lleva directamente precisamente a un mundo sin valores, es decir a un mundo sin justicia y esto indefectiblemente debe conducir a una ruptura de paz social, lo que obviamente se traduciría en violencia. Esta concepción no se diferencia mucho de la concepción materialista de Marx que vaticina como consecuencia lógica de las relaciones desiguales que se generan en la sociedad capitalista una revolución de las clases trabajadoras.
La diferencia del análisis que hace Boff de esta realidad es que el autor brasileño deja entrever que hay una salida pacífica al problema que se plantea y esta no es otra que el uso de los mecanismos democráticos para lograr invertir la escala de valores y colocar a la ética como generadora de justicia y paz por encima de la economía que según su interpretación es la generadora de una competencia feroz entre los seres humanos que si bien genera bienes y servicios no garantiza que todos puedan beneficiarse de ellos.
La solución lógica del problema está en la tercera pata de la mesa, la política entendida como el elemento organizador de instituciones realmente democráticas capaces de garantizar la equidad y a través de ella la paz; ahora bien, el problema radica en que si los valores económicos logran penetrar en la política estaremos en presencia de un círculo vicioso que da al traste nuevamente con los valores.
Cabe entonces preguntarnos si hemos llegado a un punto de no retorno en el cual la economía a pasado a dominar al sistema de manera tal que indefectiblemente debemos llegar a la ruptura total de las instituciones y nos llevara al caos social. La actual situación de países como Venezuela, Colombia, México, Cuba, Argentina y Brasil, así como los países de la Comunidad Europea, los Estados Unidos y Canadá deben ser analizados en este contexto, recordando siempre que las relaciones internacionales no dejan de ser en cierta forma relaciones que reproducen en escala mayor el esquema que plantea Boff en su articulo.