Escuché decir a alguien que se siente engañado por Nicolás Maduro por haber dicho que el Bolívar permanecería a 6,30 durante todo 2.014 y pocos días después anunció un sistema de bandas para los dólares de viajero y las compras por internet, lo que lo colocaría en el rengo de los diez u once bolívares, según lo que hemos entendido. Realmente esto denota que hay dos Venezuelas, lamdre quienes se sienten afectados por el nuevo sistema cambiario y la de quienes aplauden que se mantengan los dólares al precio del año pasado, pero para la importación de alimentos, medicinas, repuestos, servicios médicos y estudios en el exterior.
Hay verdades a medias y verdades completas ¿cuando Maduro dijo que mantendría el dólar a 6,30 mintió o dijo la verdad? En el sentido estricto no mintió, pero para quienes de una u otra manera se benefician de los dólares preferenciales no dijo la verdad. Pero en realidad lo que ha ocurrido es que las esperanzas de un cupo a una tasa que nada tiene que ver con la economía nacional y que en cierta manera es un regalo que hace el Estado a sus ciudadanos se ha esfumado,
¿Es esto sano? Los economistas, sin excepción dicen que una tasa sobrevaluada es nociva para el país, también se dice que si llegase a sincerar la tasa los más afectados serían los sectores de menores ingresos. En realidad de lo que estamos hablando realmente es de un gigantescos subsidio a los productos y servicios que comprenden las necesidades básicas, pero a la vez se están pechando otras necesidades de la,población, necesidades que si bien no son primarias son parte de esquema de vida que se desarrolló en Venezuela a partir de los años setenta cuando el gobierno de Carlos Andrés Pérez diseñó un nuevo proyecto de país al que llamó la gran Venezuela.
Desde entonces se ha distorsionado de la economía a través de sistemas cambiarios artificiales que en todos los casos se han implementado para tratar de mantener niveles de vida cónsonos con los ingresos del país. Pero no podemos negar que algunas personas han visto en estos sistemas verdaderas oportunidades de negocios para aumentar los ingresos personales o empresariales, lo cual es valido dentro de un sistema capitalista.
¿Qué podemos esperar? El sistema que quiere imponerse en Venezuela no es precisamente un sistema capitalista, el esquema planteado propugna la intervención del Estado en la economía. Venezuela ha pasado por muchos controles en los últimos treinta años, pero la intervención del Estado no ha llegado a establecer controles en ciertos sectores y cuando lo han hecho se ha generado un mercado negro que ha traído mayor inflación y escasez de los productos regulados, así que lo que posiblemente nos espera es un sistema de controles más estricto y una mayor participación del Estado en los canales de distribución y deberá llegar un momento en el que se deba definir si seguimos como hasta ahora con un sistema mixto o si la balanza se inclinará hacia mayores controles a la economía.
Por otra parte si el sistema dual de cambio produce los resultados que espera el gobierno es posible que se siga manteniendo el precio de la gasolina para ciertos sectores, entiéndase transporte público y de carga para los sectores alimenticios y de productos de primera necesidad, esto haría que una buena parte de la flota nacional deba pagar un costo más alto, posiblemente al ser pechados con un impuesto al lujo o algo semejante pero los precios seguirían siendo nominalmente los mismos.
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