domingo, junio 22, 2008

La democracia juega en contra de los demócratas en Venezuela.

El proceso de selección de candidatos de la oposición a las elecciones regionales parece estar tardando más tiempo del esperado. Dos son los factores: uno externo y aparentemente insalvable, el de las inhabilitaciones y otro interno, que con un poco de racionalidad podría superarse, las ambiciones personales y de grupo que impiden la unidad.

En cuanto al primer factor, se ha dicho que constituye una muestra de los que será el comportamiento de los órganos del Estado en el proceso electoral, es decir se prevé que la parcialidad será total, los medios de comunicación del sector oficial, que cada vez son más y los llamados medios alternativos, que también dependen en buena medida del gobierno, han demostrado que no hay límites a la hora de la campaña.

La oposición, por su parte ha dado demostraciones de sectarismo, que ya habíamos visto antes y que han conducido a la extirpación del pluralismo en ls administración pública. En el Táchira, por ejemplo, COPEI, tiene dos precandidatos a la gobernación, que se adjudican el triunfo en las elecciones internas y no dan muestras de ceder y es sólo el principio, pués quien salga electo deberá competir con diez aspirantes más, entre quienes se encuentra Walter Márquez, quien ha declarado no estar de acuerdo con los sistemas de selección propuestos, los cuales, sa dicho no están claros.

Súmate, por su parte, está a la espera de realizar unas primarias, lo cual constituiría una solución al segundo problema, siempre y cuando todos los partidos y grupos acepten las reglas del juego que esta organización imponga.

Quedaría por resolver el problema de las inhabilitaciones, que depende de que la Contraloría General de la República, el Concejo Nacional Electoral y el Tribunal Supremo de Justicia, todos órganos controlados por el Estado, decidan levantarlas.

Además de estos problemas hemos observado que la prensa nacional parece ignorar la verdadera situación de la provincia. Candidatos que aparecen como muy populares a nivel nacional, en realidad tienen altos niveles de rechazo en las regiones y es por ello que los medios nacionales, con más presencia cada vez en el interior están haciendo la campaña equivocada.

La matriz de opinión pública que señala que hay por lo menos seis gobernaciones seguras no parece creible desde el Estado Táchira, cuando en los medios privados nacionales señalan que aquí ya el oficialismo está derrotado, cuando vemos demostraciones de unidad de ese sector, mientras la feria de vanidades en la oposición crea heridas que parecen ser mortales.

Pareciera que la democracia juega en contra de los demócratas en este caso: mientras el proceso de selección divide a la oposición, el partido único se consolida con una línea impuesta desde el poder central para a toda costa mantener las posiciones alcanzadas en diez años.

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