El anuncio del Presidente Chávez de traer una flota naval rusa a aguas venezolanas antes de fin de año resulta quizá sorprendente para algunos analistas políticos y militares, pero si tomamos en cuenta los últimos acontecimientos mundiales podríamos concluir que era de esperarse que algo así ocurriera.
Venezuela, quiéranlo o no, ha tomado una posición de liderazgo en el continente, sus alianzas con países como Bolivia, Cuba, Nicaragua, Ecuador, Honduras y sus buenas relaciones con Uruguay, Argentina, Brasil e incluso Chile abre un nuevo panorama estratégico en el continente que obviamente está siendo Aprovechado por Rusia para abrir nuevos mercados para su industria armamentista.
La posición rusa frente a la situación de Georgia ha hecho que se vuelva a hablar del retorno de la guerra fría, y estando los países del antiguo bloque soviético unidos al bloque europeo e integrados a la economía globalizada que se ha desarrollado en los últimos años, es lógico que Rusia busque nuevos mercados y que fomente alianzas con quienes tienen reservas o restricciones para la compra de armas a los Estados Unidos o a la Unión Europea.
Es lamentable desde el punto de vista de la paz mundial que estas cosas estén ocurriendo, pero también es cierto que el balance del poder en el mundo también es necesario a fin de evitar abusos por parte de quienes ostentan la mayor cuota de poder.
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