Barak Obama constituye una nueva esperanza para el mundo, aún los gobernantes mas radicales del hemisferio lo han manifestado así, incluso Evo Morales y Hugo Chávez así ño han expresado.
Los gobernantes del partido demócrata históricamente han buscado la paz y la concordia con los gobiernos del mundo, especialmente con aquellos de distinto signo al suyo. Jimmy Carter en 1977 impulsó un acercamiento con Cuba, por ejemplo, Obama podría retomar esa senda y eso es lo que esperan los mandatarios que han tenido relaciones difíciles con el gobierno de Bush.
El caso específico de Venezuela no es fácil, sobretodo si tomamos en cuenta que en los últimos años nuestro gobierno ha tratado de utilizar el petróleo como arma política dentro de una crisis de precios y abastecimiento que contribuyó a desestabilizar la economía mundial, además de esto la manifiesta posición anti imperialista de Hugo Chávez no cambiará con un simple cambio de autoridades en el país del norte que mantendrá por encima los intereses de sus empresas en el continente.
Tampoco se plantea una política de vista gorda ante las violaciones a los derechos humanos en el continente, una de las condiciones adversas para la firma del TLC con Colombia ha sido precisamente la situación de los derechos humanos en ese país, con Venezuela no habría de ser distinta la situación, no creemos que Obama vaya a ceder ante el creciente autoritarismo del gobierno bolivariano y de sus vínculos con la extrema izquierda , los grupos alzados en armas en Colombia y con el gobierno de Irán.
Obama y su partido pueden ser amplios y tolerantes, pero no creemos que lleguen al extremo de taparse los ojos ante las terribles realidades que aquejan a los pueblos de América Latina que ven amenazadas sus libertades en pos de una promesa de justicia social que no termina de concretarse.
Los gobernantes del partido demócrata históricamente han buscado la paz y la concordia con los gobiernos del mundo, especialmente con aquellos de distinto signo al suyo. Jimmy Carter en 1977 impulsó un acercamiento con Cuba, por ejemplo, Obama podría retomar esa senda y eso es lo que esperan los mandatarios que han tenido relaciones difíciles con el gobierno de Bush.
El caso específico de Venezuela no es fácil, sobretodo si tomamos en cuenta que en los últimos años nuestro gobierno ha tratado de utilizar el petróleo como arma política dentro de una crisis de precios y abastecimiento que contribuyó a desestabilizar la economía mundial, además de esto la manifiesta posición anti imperialista de Hugo Chávez no cambiará con un simple cambio de autoridades en el país del norte que mantendrá por encima los intereses de sus empresas en el continente.
Tampoco se plantea una política de vista gorda ante las violaciones a los derechos humanos en el continente, una de las condiciones adversas para la firma del TLC con Colombia ha sido precisamente la situación de los derechos humanos en ese país, con Venezuela no habría de ser distinta la situación, no creemos que Obama vaya a ceder ante el creciente autoritarismo del gobierno bolivariano y de sus vínculos con la extrema izquierda , los grupos alzados en armas en Colombia y con el gobierno de Irán.
Obama y su partido pueden ser amplios y tolerantes, pero no creemos que lleguen al extremo de taparse los ojos ante las terribles realidades que aquejan a los pueblos de América Latina que ven amenazadas sus libertades en pos de una promesa de justicia social que no termina de concretarse.
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