martes, noviembre 25, 2008

El triunfo del PSUV.

Esta vez el presidente no usó calificativos vulgares para referirse a la victoria de la oposición en algunas gobernaciones, lo que si hizo fue recordarnos dos cosas: que numéricamente el chavismo sigue siendo mayoría de acuerdo con los resultados y que la maquinaria del recién creado partido de gobierno demostró que es una maquinaria eficaz.

No quiero seguir sin recordar como comenzó este proceso electoral, se conformó apresuradamente el llamado partido único de la revolución y el PPT y el PCV prefirieron no integrarlo, se hicieron unas elecciones de base para escoger a los candidatos mientras la Contraloría General de la República inhabilitaba a una buena parte de los aspirantes de la oposición.

El canal ocho, la Radio Nacional y los demás medios de difusión del Estado se convirtieron en la plataforma de propaganda del nuevo partido junto con las radios y televisoras comunitarias, en buena parte financiadas por el Estado a través de la banca pública y con pautas publicitarias del gobierno central, gobernaciones, alcaldías y otros organismos oficiales.

Las movilizaciones de masa del partido fueron hechas utilizando la logística de las alcaldías y gobernaciones afectas al gobierno central, se utilizaron vehículos, maquinarias y empleados del gobierno para la campaña, pero habrá que decir que aunque hubo denuncias nadie impidió que esto sucediera, ni los órganos electorales ni los de control del Estado.

Cuando se conformó el PSUV alertamos que esta era una de las obras mas trascendentales para el desarrollo del proceso político que encabeza el presidente de la república y que de no reaccionar la oposición creando estructuras capaces de enfrentar al partido único el resultado solo puede ser la hegemonía de este último.

Auque en buena medida la oposición logró imponer una serie de candidatos unitarios no hubo cohesión en el momento de definir una ideología para los partidos que los soportaron, no es que esa ideología debía ser una sola para todos estos, sino que en base a la ideología de cada uno de ellos debió haberse construido un proyecto de país, de estado o de municipio.

Recientemente me referí a los problemas que afronta el mundo hoy día: la crisis económica, el calentamiento global, el hambre y los desigualdades sociales y recalcaba que esos temas no se tocaron en la campaña electoral.

El sólo hecho de señalar políticas de desarrollo de la empresa privada en la producción de alimentos dentro de un marco de respeto al medio ambiente hubiese sido una propuesta para paliar buena parte de esos problemas, pero es posible que tenga mayor rédito político descalificar a los contrincantes calificándoles de corruptos ineficientes y olvidando que hasta ahora se han mantenido gracias a sus ofertas de cambio.

En conclusión, se deben crear estructuras políticas capaces de movilizar a la gente y se debe dejar de tener miedo a las definiciones ideológicas, en la oposición paría por ejemplo coexistir una izquierda radical que llene el vació de quienes consideran que el PSUV no llena sus expectativas con un partido social demócrata que tenga una propuesta de país que de cabida al pluralismo y un partido que tome las banderas ambientalistas.

Nos queda apoyar a los nuevos gobernantes, sean cuales sean sus signos políticos para que su trabajo redunde en del bien común, como debe ser.

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