“cualquier sistema está destinado a fracasar si no cuenta con una componente moral”, esta es la conclusión de un artículo publicado por Mikhail Gorvachov el pasado tres de noviembre en La Stampa. Según su apreciación esta crisis es solo la primera fase de una mas vasta que pudiera ser peor que la crisis de los años treinta.
Para el ex premier soviético el modelo propuesto en los años ochenta está en su ocaso debido al exagerado liberalismo que se caracteriza por una especie de darwinismo social en el que sobrevive solo el mas fuerte y no cuentan para nada los valores morales.
Gornachov dice no conocer la solución a la crisis, pero dice que el cambio tiene que ser evolutivo y no deberá estar basado en la ganancia y el consumismo.
“Las necesidades de la sociedad son bastante claras: un ambiente sano, una infraestructura moderna y funcional, un sistema de instrucción y de sanidad, casas accesibles” y en una economía nueva la satisfacción de estas necesidades deben ser prioritarias y “tener una función mas importante que en la actual.
En síntesis la crisis apenas comienza, sabemos que tiene su origen en el abuso del liberalismo, pero no sabemos aún donde está la solución. Obviamente Gorvachov no la ve en una nueva revolución de las masas, pero no podemos negar que la crisis es un excelente caldo de cultivo para esta.
Dependerá de los líderes mundiales evitar que se produzca un gran alzamiento global que podría ser el inicio de una gran guerra, no entre países sino entre clases sociales y económicas, revoluciones simultaneas en distintos países que podrían ser apoyadas por fuerzas irregulares en todo el planeta.
Esa revuelta previsible podría ser el caldo de cultivo para que grupos radicales con raoces en todo el mundo ganen adeptos tomando las banderas antisistema y con el apoyo de algunas potencias emergentes hacer caer al mundo en la temida tercera guerra mundial.
Para el ex premier soviético el modelo propuesto en los años ochenta está en su ocaso debido al exagerado liberalismo que se caracteriza por una especie de darwinismo social en el que sobrevive solo el mas fuerte y no cuentan para nada los valores morales.
Gornachov dice no conocer la solución a la crisis, pero dice que el cambio tiene que ser evolutivo y no deberá estar basado en la ganancia y el consumismo.
“Las necesidades de la sociedad son bastante claras: un ambiente sano, una infraestructura moderna y funcional, un sistema de instrucción y de sanidad, casas accesibles” y en una economía nueva la satisfacción de estas necesidades deben ser prioritarias y “tener una función mas importante que en la actual.
En síntesis la crisis apenas comienza, sabemos que tiene su origen en el abuso del liberalismo, pero no sabemos aún donde está la solución. Obviamente Gorvachov no la ve en una nueva revolución de las masas, pero no podemos negar que la crisis es un excelente caldo de cultivo para esta.
Dependerá de los líderes mundiales evitar que se produzca un gran alzamiento global que podría ser el inicio de una gran guerra, no entre países sino entre clases sociales y económicas, revoluciones simultaneas en distintos países que podrían ser apoyadas por fuerzas irregulares en todo el planeta.
Esa revuelta previsible podría ser el caldo de cultivo para que grupos radicales con raoces en todo el mundo ganen adeptos tomando las banderas antisistema y con el apoyo de algunas potencias emergentes hacer caer al mundo en la temida tercera guerra mundial.
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