Al analista Alberto Garrido le extraña que la prensa nacional e internacional no haya puesto atención a lo dicho por el presidente Chávez el pasado 24 de junio frente a la oficialidad de la fuerza armada. Chávez dijo que estamos en guerra, una guerra global dirigida por el imperio. La guerra según Chávez es asimétrica, una guerra de cuarta generación que involucra tanto a civiles como a militares, es decir a todo el pueblo, una guerra externa contra quienes pretenden impedir los avances sociales de la revolución, pero también una guerra interna en tanto y en cuanto hay factores nacionales que pretenden apoyar a los factores externos.
La guerra asimétrica ha estado presente en el discurso de Chávez desde los inicios de su gobierno, pero a decir verdad el ambiente que se ha vivido es mas de paz que de guerra y gracias a la vocación pacifista de nuestro pueblo Chávez ha podido gobernar sin mayores tropiezos. No quiere decir esto que no haya habido oposición, lo que quiere decir es que los opositores al proceso de cambio no han optado por las armas para enfrentarlo y si hubiesen llegado a tratar de hacerlo no han encontrado eco. Los eventos que podrían llamarse violentos en estos ocho años se pueden contar con los dedos de una mano: los hechos de abril de 2002, la muerte de Danilo Anderson y la detención de los paramilitares en la finca Dactari, pero ninguno de estos hechos tuvo la suficiente contundencia para desatar un estado de guerra. Afortunadamente tampoco hay señas de que existan en el país grupos opositores armados capaces de subvertir el orden público y en cuanto a las relaciones con los países vecinos se han mantenido pacificas y a pesar de que existe en Colombia un movimiento paramilitar importante, sus acciones en Venezuela no han pasado de ser simples actos delincuenciales sin ningún matiz político.
Es posible que en razón de lo poco realista del discurso del primer mandatario en cuanto al supuesto hecho de la guerra es que los medios no se hicieron eco de lo dicho. El planeta si está en medio de una guerra, la guerra que se inició el 11 de septiembre de 2.001, pero dudo que el pueblo de Venezuela interprete que es parte de esa guerra y menos aún que es aliado de quienes promovieron los ataques contra objetivos civiles y militares en Estados Unidos, tampoco creo que nuestro pueblo esté de parte de quienes atacaron el sistema de transporte público de Londres o los trenes de Madrid. En el peor de los casos nuestro pueblo podría ser indiferente hacia esos hechos, pero afortunadamente buena parte de nuestros compatriotas están informados de lo que ha sucedido en este siglo y difícilmente podrá ser manipulado para tomar parte a favor de la violencia internacional cuando ha demostrado ser pacifista por convicción. Sin embargo debemos estar atentos ante la posición gubernamental para defender la paz evitando la exacerbación de sentimientos que puedan alterarla para ser usados con fines políticos.
La guerra asimétrica ha estado presente en el discurso de Chávez desde los inicios de su gobierno, pero a decir verdad el ambiente que se ha vivido es mas de paz que de guerra y gracias a la vocación pacifista de nuestro pueblo Chávez ha podido gobernar sin mayores tropiezos. No quiere decir esto que no haya habido oposición, lo que quiere decir es que los opositores al proceso de cambio no han optado por las armas para enfrentarlo y si hubiesen llegado a tratar de hacerlo no han encontrado eco. Los eventos que podrían llamarse violentos en estos ocho años se pueden contar con los dedos de una mano: los hechos de abril de 2002, la muerte de Danilo Anderson y la detención de los paramilitares en la finca Dactari, pero ninguno de estos hechos tuvo la suficiente contundencia para desatar un estado de guerra. Afortunadamente tampoco hay señas de que existan en el país grupos opositores armados capaces de subvertir el orden público y en cuanto a las relaciones con los países vecinos se han mantenido pacificas y a pesar de que existe en Colombia un movimiento paramilitar importante, sus acciones en Venezuela no han pasado de ser simples actos delincuenciales sin ningún matiz político.
Es posible que en razón de lo poco realista del discurso del primer mandatario en cuanto al supuesto hecho de la guerra es que los medios no se hicieron eco de lo dicho. El planeta si está en medio de una guerra, la guerra que se inició el 11 de septiembre de 2.001, pero dudo que el pueblo de Venezuela interprete que es parte de esa guerra y menos aún que es aliado de quienes promovieron los ataques contra objetivos civiles y militares en Estados Unidos, tampoco creo que nuestro pueblo esté de parte de quienes atacaron el sistema de transporte público de Londres o los trenes de Madrid. En el peor de los casos nuestro pueblo podría ser indiferente hacia esos hechos, pero afortunadamente buena parte de nuestros compatriotas están informados de lo que ha sucedido en este siglo y difícilmente podrá ser manipulado para tomar parte a favor de la violencia internacional cuando ha demostrado ser pacifista por convicción. Sin embargo debemos estar atentos ante la posición gubernamental para defender la paz evitando la exacerbación de sentimientos que puedan alterarla para ser usados con fines políticos.