Responsabilidad

Nuestro sistema de derecho se deriva del derecho francés. Me refiero al derecho civil, el cual aunque tiene sus fundamentos en el derecho romano acoge en gran parte la codificación francesa del siglo dieciocho. Independientemente de la evolución que haya tenido nuestro derecho y de la influencia de nuevas escuelas, instituciones como la responsabilidad civil están contempladas siguiendo a la escuela francesa, de allí que la responsabilidad en materia civil genera una obligación individual de reparar los daños causados por la persona que los ocasiona , por las personas que están a su cargo o por los animales o cosas que tiene bajo su cuidado. Sin entrar en detalles sobre las diferentes tendencias doctrinales podemos asegurar que en Venezuela el derecho civil y aun el derecho penal miran a la responsabilidad como algo atribuible a los individuos como tales y no a entes colectivos, los cuales en el fondo siempre están representados o dirigidos por un ser humano, pues no se concibe un ente jurídico distinto al hombre que tenga voluntad propia, de allí que los animales o las cosas no son responsables de los daños que puedan causar sino sus dueños. La Ley de Transito por ejemplo responsabiliza a los propietarios de un vehículos por los daños que estos puedan causar independientemente de que el conductor es también responsable de esos daños en forma solidaria.

Estos razonamientos que parecerían banales toman vigencia hoy día cuando se trata de responsabilizar a medios de comunicación de acciones desestabilizadoras y atentatorias contra el orden público y la paz social máxime cuando está vigente una Ley que toca la materia de la responsabilidad social en radio y televisión. El daño que se puede generar en el uso no responsable de los medios que es generalmente de naturaleza moral puede ser atribuible en distintos casos a diferentes individuos, por ejemplo si en un entrevista en un programa radial un economista le dice a un periodista que el banco tal está al borde de la quiebra estaría causando un daño moral consistente en la perdida de confianza de los depositarios en la institución, lo cual se traduciría en un daño material una vez que estros comenzaran a retirar sus depósitos. Ahora bien la pregunta seria si el periodista es responsable del daño o no, allí habría que entrar a determinar si este tenia algún tipo de intención de perjudicar a la institución y sabiendo la posición del entrevistado deliberadamente. Dicho sea de paso que probar la intencionalidad es una de las mayores dificultades del derecho, por ende habría que caer en el campo de las presunciones. Pero siguiendo con la cadena de responsabilidades llegamos a otro nivel, el dueño del medio de comunicación o el responsable de una concesión ¿Qué grado de responsabilidad puede tener en el hecho que causó el daño. Nuevamente habrá que probar la intención tendrán que analizarse las políticas empresariales para determinar la responsabilidad.
Cuando los funcionarios públicos gozan de discrecionalidad para decidir sobre un punto en particular desaparece la objetividad del derecho y se pasa al campo de la subjetividad. Si el funcionario puede aplicar una norma por una causa diferente a la que dio origen al daño presunto y no probado ni probable, como es el caso del daño ocasionado al banco por el dicho del entrevistado, parecería que se está actuando en uso pleno del derecho, pero en el fondo se está actuando en contra de la razón misma de este, pues si por ejemplo se decide no renovarle la concesión al individuo que explota la frecuencia en la que se trasmitió la entrevista sin seguir ningún tipo de proceso en el que el concesionario pueda demostrar su inocencia estableciendo la responsabilidad en el economista o en el periodista, se estaría dejando sin resarcir el daño e incluso en materia de penas se le estaría imponiendo posiblemente la pena a la persona equivocada y dejando libre de toda sanción al responsable o los responsables directos del daño. Dicho sea de paso que si llegase a probar responsabilidad de todos los que intervinieron en el daño cada uno individualmente debe responder aunque exista solidaridad a la hora de buscar el resarcimiento del daño.