martes, diciembre 11, 2007

Vientos de cambio en la patria grande.

Es obvio que América Latina vive una etapa de transformación política acentuada, que son tiempos de cambio en los que la democracia está tomando nuevos rumbos, con mayor protagonismo del pueblo, Pero este fenómeno no debe ser visto en blanco y negro como si existieran tan solo dos opciones: el cambio y la resistencia a este.

El cambio pretende ser la bandera de los viejos revolucionarios que no lograron imponer el socialismo en nuestro continente en el siglo veinte y la resistencia al cambio por quienes quieren ver en el continente un sistema desigual en el cual existen dos clases sociales con una gran brecha que coloca a unos en la miseria y a oros, la minoría, en la opulencia.

Pero la verdadera revolución, el cambio real se está dando en medio de esas dos opciones, una clase media, con acceso a la educación, informada gracias a las herramientas que se han puesto en sus manos tiende a imponerse creciendo a un ritmo acelerado y encontrando nuevas soluciones a viejos problemas.

Desafortunadamente la pobreza, la inseguridad, la corrupción y otros problemas heredados de viejos tiempos tienen una rata de crecimiento que no ha logrado ser frenada en medio de la evolución social que clama por abrirse paso como respuesta a los viejos modelos que al fin y al cabo solo terminan generando injusticia y como consecuencia de esta violencia.

Solo tomando conciencia de los problemas sociales del continente, rechazando el individualismo generado por las posturas radicales, lo cua no implica que no deba tenerse firmeza en la lucha, solo así podremos cambar a nuestra América para construir una sociedad mejor. El camino es largo, pero parece que lo estamos encontrando.

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