Hoy se aprobó la nueva Constitución revolucionaria de Bolivia, un paso mas en un proceso de cambios que viene dándose en America del Sur y que parece arropará un territorio mayor, no quiero con esto decir que sea un triunfo definitivo de quienes propusieron el cambio constitucional ni de quienes lo apoyan desde otros países. Ni la revolución francesa y la revolución bolchevique condujeron al cambio que sus mentores se habían propuesto, pero ciertamente produjeron cambios políticos y sociales importantes.
Lula en Brasil no ha hecho lo que muchos esperaban, no cambio las estructuras políticas de su país, mas bien se amoldó a ellas, pero su gobierno representa un cambio, un avance democrático hacia una sociedad que deberá ser mejor a la que tuvo su país décadas atrás, la Venezuela de Chávez aunque dista mucho del país que muchos queremos representa indiscutiblemente un cambio que tarde o temprano habrá de rendir sus frutos, igual ocurre con el gobierno de Evo Morales, el solo hecho de que la población indígena se encuentre representada por un dirigente cercano a ella implica un avance hacia una nueva democracia.
En Chile el gobierno de Allende sentó las bases para una nueva democracia que vino tras la férrea dictadura de Pinochet y que llevó a los socialistas nuevamente al poder, pero dentro de un marco de respeto a las instituciones, sin las prisas que conducen al error, pero buscando siempre la justicia social y la participación popular en la toma de decisiones.
En Estados Unidos el cambio está por verse, Obama representa también una evolución dentro de la política norteamericana, posiblemente no cubra las expectativas de los mas radicales, pero está abriendo caminos a una sociedad mas igualitaria. No dudamos que el nuevo presidente de los Estados Unidos respetará la institucionalidad, pero deberá también pedir respeto a las leyes, como lo está haciendo con el cierre de Guantánamo y la suspensión del manual de torturas que se aplicaba en la sombría prisión de ultramar.
Lula en Brasil no ha hecho lo que muchos esperaban, no cambio las estructuras políticas de su país, mas bien se amoldó a ellas, pero su gobierno representa un cambio, un avance democrático hacia una sociedad que deberá ser mejor a la que tuvo su país décadas atrás, la Venezuela de Chávez aunque dista mucho del país que muchos queremos representa indiscutiblemente un cambio que tarde o temprano habrá de rendir sus frutos, igual ocurre con el gobierno de Evo Morales, el solo hecho de que la población indígena se encuentre representada por un dirigente cercano a ella implica un avance hacia una nueva democracia.
En Chile el gobierno de Allende sentó las bases para una nueva democracia que vino tras la férrea dictadura de Pinochet y que llevó a los socialistas nuevamente al poder, pero dentro de un marco de respeto a las instituciones, sin las prisas que conducen al error, pero buscando siempre la justicia social y la participación popular en la toma de decisiones.
En Estados Unidos el cambio está por verse, Obama representa también una evolución dentro de la política norteamericana, posiblemente no cubra las expectativas de los mas radicales, pero está abriendo caminos a una sociedad mas igualitaria. No dudamos que el nuevo presidente de los Estados Unidos respetará la institucionalidad, pero deberá también pedir respeto a las leyes, como lo está haciendo con el cierre de Guantánamo y la suspensión del manual de torturas que se aplicaba en la sombría prisión de ultramar.
El siglo XXI será indudablemente testigo de muchos cambios en la organización social de la humanidad y por los vientos que soplan estos cambios se realizarán dentro de un marco mucho mas pacifico que el de los cambios de los siglos precedentes, al menos esa es la esperanza que albergamos, pues creemos que en algún momento los ideales de quienes por distintas vías tratan de mejorar la actual sociedad.