Colombia.

El efecto de la violencia en Colombia hace que quienes vemos desde afuera lo que ocurre en ese país perdamos el foco de lo que realmente está ocurriendo en los verdaderos círculos de poder allí.

En las ultimas elecciones presidenciales ganadas por el presidente Uribe se presentó una situación inédita en ese país; por primera vez la izquierda ocupa el segundo lugar en las elecciones con mas del veintidós por ciento de los votos . Si bien es verdad que no es lo que se pueda llamar un acercamiento a la posibilidad de conquistar el poder, mas si tomamos en cuenta que el presidente Uribe obtuvo mas del sesenta por ciento de los votos, si denota que un buen sector de la población decidió romper con el esquema tradicional del bipartidismo liberal conservador. El propio presidente Uribe se deslindó del partido Liberal, de donde proviene, para acceder al poder con una plataforma propia.

Así pues, Colombia avanza hacia una época de cambio, en la que la vieja clase política parece estar en vías de ser excluida. Los movimientos guerrilleros que parecían estar tomando nuevos aires, declarándose bolivarianos ante el avance de esa corriente en la vecina Venezuela, parecen haber llegado a un tope al haber sido combatidos en forma relativamente eficiente por los órganos del Estado Colombiano que se ha apoyado en la alianza con Estados Unidos en el llamado Plan Colombia, que inicialmente surgió para combatir el narcotráfico.
Falta mucho por verse en Colombia, pero lo cierto es que el Polo Democrático Alternativo, como se llama el partido del ex magistrado Carlos Gaviria y el ex guerrillero del M-19 Antonio Navarro Wolf, una ficha importante en lo que será el ajedrez político de Colombia en el siglo XXI, pues su existencia es una especie de válvula de escape a la inconformidad que tiene necesariamente que estar presente en un país, que al igual que todos los del subcontinente, tiene grandes sectores en pobreza crítica.

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