domingo, marzo 25, 2007

Un problema de inteligencia emocional.

Venezuela, vive una etapa de su historia muy particular, valores como la justicia y la igualdad social están siendo invocados por una buena parte de la población, creemos que un alto porcentaje de los habitantes del país estamos de acuerdo con estos valores, pero en el medio de este momento histórico existe además un conflicto de poderes que perturba el proceso de evolución social que debería estar fluyendo con normalidad.
Los grupos políticos actúan de espaldas a los valores que ellos mismos pregonan y en lugar de permitir la evolución pacifica la entorpecen. El problema es básicamente un asunto de inteligencia emocional, la reacción frente a la reacción. El sistema democrático, aunque imperfecto, proporciona herramientas importantes para la participación del colectivo en el desarrollo social y gracias a este se ha podido avanzar hasta a llegar a el punto hasta donde se ha llegado, pero paralelamente las libertades democráticas permiten que se desaten otro tipo de fuerzas basadas paradójicamente en la intolerancia y la subjetividad. La reacción frente a esta actitud de intolerancia no puede ser la intolerancia; Sin embargo, esto es lo que ha venido ocurriendo, así se han venido desatando fuerzas negativas con tendencia a la violencia.

Ejemplos de lo que ha venido ocurriendo los encontramos en la constitución de los distintos poderes públicos, la no participación delos grupos opositores en las elecciones legislativas llevó al control total de la Asamblea Nacional por parte del oficialismo, este hecho aparentemente ocurrió en paz, pero tras el se encontraba la intención de crear un vacío de poder ante la desconfianza que se le tenia a los órganos electorales. Igual ocurrió con el poder judicial, ante las dudas de su imparcialidad en los asuntos que involucran al Estado se procedió a nombrar un poder judicial verdaderamente parcializado, pero esta vez a favor del Estado.

La ironía, la retórica, la imposición de las ideas y la descalificación de las personas y de las instituciones son elementos del discurso oficial, e incluso del discurso de los lideres opositores, que en nada ayudan a solventar los verdaderos problemas sociales del país. EL dialogo, el entendimiento, la tolerancia y las relaciones humanas armónicas son la única vía para construir una nueva sociedad mas justa, mas igualitaria, en donde no existan opresores ni oprimidos, pero todo comienza en el interior de cada uno.

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