La suerte de los seres humanos puede ser radicalmente diferente, no es lo mismo haber nacido en un pequeño poblado del interior de la Isla de Cuba que en un lujoso barrio de Los Ángeles o pertenecer a la más alta sociedad de Londres que a una tribu del Amazonas o ser estudiante de una universidad privada que tener que buscar el alimento en un basurero. Esas formas de vida que contrastan de manera tan impactante se dan en el mundo que nos tocó vivir; sin embargo, si usted está leyendo esto es porque tiene unas condiciones mínimas de confort que le permiten tener acceso a la Internet y tiempo para dedicar a la recreación en la red.
La pregunta es si se justifican desigualdades sociales tan extremas como las que planteamos y que hace cada uno de nosotros para evitarlo. La sociedad en la que vivimos no ha hecho énfasis en enseñar valores como la solidaridad, el respeto a la vida y al desarrollo del ser humano. Es posible que cada uno desde su lugar de trabajo asegure que esta contribuyendo con este al funcionamiento de la sociedad y que considera suficiente su aporte, en realidad esa es una respuesta fácil con la que justificamos nuestra apatía frente la crisis de grandes dimensiones que vive la sociedad en el planeta.
Si cada ser humano toma conciencia de que es una parte importante del engranaje social y que sus acciones pueden servir para mejorar aunque sea un poco el estado de cosas podemos generar un cambio importante. Debemos plantearnos cuales son los aportes que podemos hacer desde nuestra posición en la red social y comenzar a hacerlos sin dilación alguna. Conocer los derechos humanos y trabajar en función de su difusión y su correcta aplicación o iniciar campañas de protección del medio ambiente, trabajar en pro de las personas con discapacidad, de los niños abandonados o de los ancianos pueden ser aportes que podemos comenzar a hacer hoy para mejorar al mundo.
Ustedes dirán que una sola persona no va a cambiar al mundo, pero si todas las personas pensamos eso no pasará mucho tiempo para el colapso. Es fácil culpar al Estado o a otros entes como la sociedad, el sistema o el gobierno, pero si no hacemos nada para que estos entes que parecieran ser impenetrables cambien, sólo hay que pensar que estos están formados por seres humanos y que seres humanos somos todos. El segundo paso es asociarse con otras personas que tengan objetivos comunes con el suyo, usar las redes sociales para ello, pero no quedarse en la sola generación de consignas y banderas.
Definitivamente el mundo puede cambiar, es cierto que estamos frente a una lucha de David contra Goliat, quienes ostentan el poder son fuertes, pero su fortaleza se la hemos dado nosotros mismos. El uso de los mecanismos democráticos para generar el cambio es la vía, debemos comenzar en la casa, en la escuela, en el edificio, el barrio, en urbanización, el trabajo. Hoy es el mejor día para comenzar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario