lunes, febrero 03, 2014

¿Se acabó la fiesta?

The Economist comenta esta semana la situación económica de Venezuela y la de Argentina diciendo que se acabó la fiesta. He escuchado a economistas de la oposición y a economistas del gobierno y ninguno da una explicación convincente de lo que está ocurriendo en Venezuela. Los opositores dicen que se acabaron los dólares, mientras los defensores del gobierno dicen que el ingreso petrolero está siendo utilizado en los planes sociales del país. Rafael Ramírez, presidente de PDVSA ha dicho que el treinta por ciento de las divisas fueron otorgadas en los últimos años a empresas que no las utilizaron en las importaciones para las cuales fueron aprobadas y que esta situación es la que ha generado escasez de bienes y den última instancia también de divisas. 

No es un secreto para nadie que la estructura cambiaría en el país está pensada para que a través de ella se otorgue a la población un multimillonario subsidio de los productos de la cesta básica y de otros bienes de consumo masivo que son importados con dólares preferenciales. Hasta ahora se habían subsidiado por esta vía bienes que no necesariamente pueden considerarse como de la cesta básica. Muchas empresas de maletín han sido beneficiarias de los dólares preferenciales, la mayoría de los casos de mal uso de los dólares se dan en estos casos. 

Venezuela vendé en el mercado internacional casi cien mil millones de dólares al año, lo cual lleva a que Venezuela tiene uno de los mayores ingresos per capita al año en todo el continente. Pensar que el país pueda tener un déficit en la balanza de pagos es algo increíble, la administración pública quedaría en entredicho si esto resultase se cierto. La falta de producción nacional en otros rubros, incluso de aquellos para el consumo interno podría ser la clave del problema, esto traería como consecuencia un déficit en la balanza de pagos que haría que The Eonomist estuviese en lo cierto, cosa que de acuerdo a la información oficial no es cierta, pues para el segundo trimestre de 2.013 había un superabit de más de 700 millones de dólares. 

Sin embargo vivimos una crisis evidente en lo que respecta al abastecimiento de productos importados y al otorgamiento de divisas para la importación.La inflación es también evidente en todos los niveles. El gobierno anuncia medidas para controlar los precios, pero cada vez que se establecen controles aparece el mercado negro de los productos regulados, ese es el caso de la leche, el azúcar y hasta el  cemento. Sólo un cambio radical en las políticas y un cambio de la mentalidad consumista de la población podrán llevar a solventar esta terrible crisis que afecta a todos por igual.

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