En 1974, estrenándose como Presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez escribió una carta al entonces Presidente de los Estados Unidos donde le ponía sobre aviso de la independencia de su gobierno en lo que se refería al plano de la economía nacional en el contexto del llamado nuevo orden económico mundial, un concepto muy utilizado en la época por los lideres del tercer mundo, y en sus relaciones con el gobierno de Cuba. Nadie pensaba entonces que la vía a tomar por Pérez era la del socialismo, tampoco se pensaba que las relaciones de Venezuela con Estados Unidos nos llevarían a una guerra y mucho menos que debíamos estar preparados para una guerra asimétrica. Jugando un papel independiente e iniciando una campaña de dignidad en América latina Pérez reanudo las relaciones con Cuba, nacionalizó el hierro, luego el petróleo y viajó por todo el mundo haciendo proselitismo para convertirse así en líder de los países del tercer mundo . Han pasado treinta años, el mundo no se acabó, los países del tercer mundo no siguieron el ejemplo de enfrentarse a los Estados Unidos, tampoco los gobernantes que le siguieron en Venezuela, pero tampoco se acabó desempleo, ni los ranchos, ni el hambre en Venezuela. Carmelo Lauría explico el fenómeno diciendo que se había cambiado inversión extranjera por deuda externa.
Ahora otro mandatario con ambiciones de convertirse en líder del tercer mundo repite la historia, Hugo Chávez parece haber descubierto que la raíz de nuestros problemas es nada menos que la incapacidad del capitalismo para resolver los problemas sociales quedando como única alternativa a nuestros países adoptar el sistema socialista. Para que la solución sea eficaz habrá que tener en cuenta si que el imperialismo es la fase superior del capitalismo como lo dijo Lenin, así la revolución bolivariana no solo deberá ser socialista, sino que deberá expandirse por todo el continente.
Los analistas locales; Sin embargo, parecen no tomar en serio los últimos acontecimientos. Emeterio Gómez, Ángela Sago, Teodoro Petkoff para citar solo a tres de ellos, todos provenientes de la izquierda subestiman la capacidad de Chávez para implantar un régimen socialista en nuestro país y más aun convertirse en líder de un movimiento socialista que parece estar tomando fuerza en el continente. Chávez no puede ser el líder de Lula, de Lagos o de Vásquez ha dicho Petcoff. El socialismo es inviable en el siglo XXI, han dicho otros.
El diputado emeverrista Luis Tacón dijo a un noticiero regional que el socialismo que propone Chávez no es marxista leninista sino que es un socialismo al estilo del que hay en Suiza(¿?),en Suecia o en Islandia. Creo que en cierto modo todos tienen un poco de razón, pero esto no obsta para que en los años venideros el sistema que se adopte se parezca cada vez más a los sistemas políticos que se instauraron en los países de Europa Oriental después de la segunda guerra mundial y hasta la caída del muro de Berlín. Estados Unidos le entregó a Rusia esos países después del triunfo de los aliados, Venezuela no es Rusia por cierto, ni cuba tampoco, pero los Estados Unidos puede llegar a aceptar que el régimen que se instaure en esta parte del continente no sea necesariamente una copia al carbón de su sistema político, además la inteligencia aconseja que los pueblos sigan la vía de su propia historia, es decir que si Chávez logra instalar un socialismo moderado en Venezuela que permita la inversión extranjera tal y como lo está haciendo Cuba en los últimos años, es decir si no toca los intereses de las transnacionales no estaríamos lejos de ver una serie de cambios que no que no esperamos. Esto no quiere decir que Estados Unidos se vaya a quedar de brazos cruzados ante el avance del socialismo en Venezuela, pero las acciones a tomar lo más probable es que, como hasta ahora, no trasciendan a los de naturaleza diplomática. Estados Unidos hasta ahora lo que ha hecho es responder a las provocaciones de Chávez quien ha los ha acusado de promover el golpe de estado de marzo del 2002, de planificar un magnicidio en su contra, en fin de tratar de impedir su revolución, de nada de eso existen pruebas y es difícil pensar que su ineficiencia llegue al extremo de fracasar en todos esos planes.
En cuanto a que el régimen a instaurarse sea del estilo del de los países nórdicos quisiera referir la experiencia de Uruguay y Chile en el siglo pasado, en el primero de esos países se llegó a tener un sistema de seguridad social que llevó a la quiebra la economía nacional, mientras que en el segundo las reformas hechas democráticamente llegaron hasta los inicios de una revolución socialista que fue lamentablemente abortada por un sangriento golpe de estado. Era la época de la guerra fría, la globalización era apenas una teoría aplicada mas que todo al futuro de los medios de comunicación.
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