Marx no lo dijo ni Engels y creo que Lenin tampoco . La velocidad a la cual se puede llevar a cabo una revolución no ha sido determinada. La revolución rusa fue abortada antes de que el pueblo tuviera poder, en China las casas parecen ir hacia atrás y el futuro de la revolución cubana es incierto.Lo que si podemos afirmar es que la revolución venezolana se está haciendo en cámara lenta, lo que no quiere decir que por eso deba ser exitosa.
Las revoluciones del siglo XX aparentemente lo que lograron fue cambiar a la vieja clase dominante por una nueva con características mas perniciosas que la que derrocaron. La burocracia que se generó en el desarrollo de las revoluciones se convirtió en una oligarquía totalitaria que en nombre del pueblo disfrutó de prebendas solo superadas por las de las monarquías les precedieron o peor aún que precedieron a los regímenes republicanos que sustituyeron.
En Venezuela, en los últimos nueve años se está gestando, al menos en el discurso, un cambio revolucionario que ha tenido como característica su lentitud en el desarrollo de una estrategia que poco a poco se va haciendo mas clara. Es una especie de revolución en cámara lenta, lo cual ha hecho que se haga evidente el rumbo que van tomado las cosas y en razón de ello se han ido creando expectativas que al no llenarse de inmediato hacen que la reacción contrarrevolucionaria sea igualmente lenta.
Obviamente no sabemos si los objetivos de la revolución venezolana se vayan a cumplir a cabalidad o si por el contrario caerá en los mismos vicios que las revoluciones del siglo XX. Existen muchos indicios de que pueda ocurrir lo segundo, males como el clientelismo y la corrupción corroen ya al aparato gubernamental, mientras una combinación de apatía hacia la participación política en todos los sectores y el autoritarismo y tentación totalitaria en el sector gubernamental parecen ganar terreno.
Lo lamentable es que los sectores progresistas que pueden conformar un sector crítico que lleve al proceso por el camino correcto se hacen a un lado pasando a ser espectadores o se alían con los sectores conservadores o peor aun se integran a los sectores de poder en medio de un silencio cómplice.
El proceso que vive Venezuela es una realidad histórica innegable. Todos los sectores deben asumir su rol participando e influyendo proactivamente. Sin la participación de todos la revolución, aunque se haga en cámara lenta puede tomar el rumbo equivocado y el único perjudicado será el pueblo.
Las revoluciones del siglo XX aparentemente lo que lograron fue cambiar a la vieja clase dominante por una nueva con características mas perniciosas que la que derrocaron. La burocracia que se generó en el desarrollo de las revoluciones se convirtió en una oligarquía totalitaria que en nombre del pueblo disfrutó de prebendas solo superadas por las de las monarquías les precedieron o peor aún que precedieron a los regímenes republicanos que sustituyeron.
En Venezuela, en los últimos nueve años se está gestando, al menos en el discurso, un cambio revolucionario que ha tenido como característica su lentitud en el desarrollo de una estrategia que poco a poco se va haciendo mas clara. Es una especie de revolución en cámara lenta, lo cual ha hecho que se haga evidente el rumbo que van tomado las cosas y en razón de ello se han ido creando expectativas que al no llenarse de inmediato hacen que la reacción contrarrevolucionaria sea igualmente lenta.
Obviamente no sabemos si los objetivos de la revolución venezolana se vayan a cumplir a cabalidad o si por el contrario caerá en los mismos vicios que las revoluciones del siglo XX. Existen muchos indicios de que pueda ocurrir lo segundo, males como el clientelismo y la corrupción corroen ya al aparato gubernamental, mientras una combinación de apatía hacia la participación política en todos los sectores y el autoritarismo y tentación totalitaria en el sector gubernamental parecen ganar terreno.
Lo lamentable es que los sectores progresistas que pueden conformar un sector crítico que lleve al proceso por el camino correcto se hacen a un lado pasando a ser espectadores o se alían con los sectores conservadores o peor aun se integran a los sectores de poder en medio de un silencio cómplice.
El proceso que vive Venezuela es una realidad histórica innegable. Todos los sectores deben asumir su rol participando e influyendo proactivamente. Sin la participación de todos la revolución, aunque se haga en cámara lenta puede tomar el rumbo equivocado y el único perjudicado será el pueblo.
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