sábado, septiembre 22, 2007

No me digan menteritas...

La red de Internet es definitivamente una de las principales herramientas para el desarrollo futuro de las sociedades humanas. Su utilización deberá ser hecha tanto por ciudadanos, como por grupos políticos, culturales y sociales de diversa indole. También el Estado deberá, como lo ha venido haciendo, valerse de esta maravillosa herramienta para ofrecer cada vez mejores servicios con un criterio cada vez mas democratizante. Pero hay que tener cuidado co los limites que podría ponerle el Estado al uso de la red, muy especialmente en paises como el nuestro, en el que se ha despertado una hipersensibilidad a la crítica.

Si bien es cierto que la libertad de expresión es básica en los regímenes democráticos, también es cierto que hay grupos que abusan de ella para la consecución de fines políticos utilizando la mentira y otros métodos de persuasión que terminan distorsionando la verdad. Un ejemplo de esto es la manipulación de las encuestas de opinión pública y el dar por ciertos resultados de trabajos empíricos colocándolos como científicamente elaborados.

Obviamente la peor parte en las campañas de distorsión de la realidad la llevan los sectores menos preparados, por no decir los mas ignorantes. Medios como la televisión, la radio o la Internet, pueden resultar para sus usuarios las únicas fuentes de información a las que acceden y sus contenidos tienden a darse por ciertos aunque sean totalmente falsos.

En el proyecto de reforma constitucional que se discute en Venezuela, tenemos dos vertientes claramente definidas de manipulación de la información masiva hecha por medios electrónicos: la oficial, que maneja medios como la radio y la televisión y que es secundada por la Internet y la no oficial, manejada por diversos factores de oposición que utiliza la web para lanzar especies de poca credibilidad que van siendo asumidas por el colectivo como parcialmente ciertas y que después de una depuración casi espontánea comienzan a llegar a los medios de comunicación masiva ya no como rumores sino como verdades absolutas.

Este mal uso de los medios resulta altamente peligroso, no solo por sus consecuencias directas, sino por la consecuencia indirecta de dar armas al Estado para justificar su regulación y por ende limitar la libertad de expresión que tenemos todos quienes los usamos para opinar y generar algún tipo de opinión

En la web circulan correos anónimos, se publican blogs, en los que, por ejemplo, se llega a afirmar que se discute una Ley en la Asamblea Nacional para quitarles los hijos a sus padres, u otro que recibí hoy, supuestamente firmado por el economista Oscar García Mendoza, en el cual afirman que el primero de enero de 2.008, al hacerse el cambio a bolívar fuerte se confiscará a cada uno de los depositantes del sistema bancario todo los fondos de las cuentas que excedan de cinco millones de bolívares, tal y como se hizo en Cuba en los años sesenta.

Todas esas especies sin fundamento lo que hacen es poner en riesgo el derecho de opinión de los usuarios de la rede, a la vez que aterrorizan a las personas poco informadas creando reacciones desmedidas. Quien realmente quiera hacer oposición a lo que consideren es el reino de la mentira y el abuso debe utilizar armas distintas a a mentira y el abuso que pretenden combatir. Queremos un país libre y democrático para nuestros hijos y estamos dispuestos a luchar para alcanzarlo, pero teniendo siempre la verdad como norte.

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