Colombia y Venezuela: Tirar la piedra y esconder la mano.

Las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia parecen estar signadas por la práctica de tirar la piedra y esconder la mano. Después de que los funcionarios de ambos lados lanzan sus ataques verbales desmesurados contra el otro terminan declarando ser amantes de la paz.

En tiempos pasados se hablaba del origen bolivariano de las repúblicas, base de la hermandad binacional. Ahora se dice que la oligarquía colombiana traicionó los ideales de Bolívar, pero por ello los pueblos no dejan de ser hermanos. Por otra parte los dirigentes colombianos acusan al gobierno venezolano de ser complaciente con la guerrilla, pero descarta tomar ningún tipo de acción en aras de mantener el intercambio económico bilateral.

Lo cierto es que al colectivo de ambos países no le conviene un eventual incidente bélico, pero los gobiernos no hacen nada por parar la diatriba entre los dos países porque creen que pueden mantenerla controlada mientras sacan beneficios políticos de parte y parte basados en un nacionalismo mal entendido.

Se dice que el enrarecimiento de las relaciones es aupado por las mafias del narcotráfico, las tratantes de blanca y de niños que hacen de las suyas mientras los ciudadanos comunes y las autoridades ponen su atención en cuestiones de “alta política”.