El año pasado el gobierno de Hugo Chávez mostró sus cartas para continuar en el juego revolucionario. Abiertamente se nos dijo que el objetivo era la construcción del socialismo y que para ello se encenderían cinco motores, es decir se jugarían cinco cartas, la primera, la ley habilitante, la segunda la constituyente, la tercera la nueva geometría del poder, la cuarta el establecimiento del poder comunal y la quinta el nuevo proyecto educativo.
Alguien se dio cuenta que todos las cartas para ser jugadas exitosamente requerían de un sustento legal y qué mejor que un marco constitucional adecuado para el desarrollo de los otros cinco motores, por eso seguramente se precipitó la reforma constitucional, la cual fue rechazada por los electores el dos de diciembre. Si bien casi todo lo que propuso el plan de los cinco motores se huera podido hacer en el marco de la Constitución de 1.999 este rechazo entorpece el avance del juego dadas sus implicaciones políticas.
La onda expansiva de la derrota del dos de diciembre puede afectar el desarrollo de los planes revolucionarios, especialmente en lo tocante a la llamada explosión del poder comunal por falta de apoyo popular; Así mismo el establecimiento del proyecto educativo a través del nuevo currículo está siendo rechazado por parte del colectivo que ve en el elementos que consideran fueron rechazados el dos de diciembre.
En cuanto a la Ley Habilitante, se perdió tiempo muy valioso esperando la promulgación de la nueva Constitución y aunque aun se pueden aprobar algunas leyes e incluso se está hablando de prorrogar el término de la habilitación, el factor político podría entorpecer la aplicación de las nuevas leyes generándose la llamada desobediencia civil. En cuanto a la nueva geometría del poder, que no es otra cosa que la creación de vicepresidencias regionales para restar poder a las gobernaciones, la fusión de algunos municipios y la creación de las comunas, resulta mas difícil hacerse por via de Ley, aunque la Constitución prevé el reordenamiento y al menos por vía de la Asamblea Nacional pudieran hacerse algunas reformas.
Todo lo expuesto indica que estamos en un momento en el cual la iniciativa popular y la acción ciudadana tienen mas peso que nunca. Nos preocupa la falta de organización de los ciudadanos y la aparente apatía del colectivo ante los cambios que se avecinan,
Alguien se dio cuenta que todos las cartas para ser jugadas exitosamente requerían de un sustento legal y qué mejor que un marco constitucional adecuado para el desarrollo de los otros cinco motores, por eso seguramente se precipitó la reforma constitucional, la cual fue rechazada por los electores el dos de diciembre. Si bien casi todo lo que propuso el plan de los cinco motores se huera podido hacer en el marco de la Constitución de 1.999 este rechazo entorpece el avance del juego dadas sus implicaciones políticas.
La onda expansiva de la derrota del dos de diciembre puede afectar el desarrollo de los planes revolucionarios, especialmente en lo tocante a la llamada explosión del poder comunal por falta de apoyo popular; Así mismo el establecimiento del proyecto educativo a través del nuevo currículo está siendo rechazado por parte del colectivo que ve en el elementos que consideran fueron rechazados el dos de diciembre.
En cuanto a la Ley Habilitante, se perdió tiempo muy valioso esperando la promulgación de la nueva Constitución y aunque aun se pueden aprobar algunas leyes e incluso se está hablando de prorrogar el término de la habilitación, el factor político podría entorpecer la aplicación de las nuevas leyes generándose la llamada desobediencia civil. En cuanto a la nueva geometría del poder, que no es otra cosa que la creación de vicepresidencias regionales para restar poder a las gobernaciones, la fusión de algunos municipios y la creación de las comunas, resulta mas difícil hacerse por via de Ley, aunque la Constitución prevé el reordenamiento y al menos por vía de la Asamblea Nacional pudieran hacerse algunas reformas.
Todo lo expuesto indica que estamos en un momento en el cual la iniciativa popular y la acción ciudadana tienen mas peso que nunca. Nos preocupa la falta de organización de los ciudadanos y la aparente apatía del colectivo ante los cambios que se avecinan,
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