martes, marzo 11, 2008

La macabra historia de alias Rojas desata polémica jurídica.

La muerte de Raúl Reyes además de haber traído a Colombia graves problemas en el ámbito internacional ha destapado otra polémica, esta vez en el ámbito del derecho interno, ante la inesperada reacción de un miembro de la guerrilla.

Cuando el gobierno de Colombia había reforzado la vigilancia en las ciudades para evitar el desencadenamiento de una serie de actos terroristas como retaliación a la violenta muerte de Reyes y dieciséis personas más que se encontraban en su campamento ocurrió lo inesperado, un guerrillero de las FARC se presentó ante las autoridades de su país con una mano del comodante de su columna guerrillera como prueba de haberle matado para cobrar una multimillonaria recompensa.

La `polémica ha surgido ante la oferta hecha por el gobierno de recompensar a quien de razón del paradero de los líderes de la guerrilla, no conocemos el texto exacto del texto de la oferta y especialmente si esta, como en el lejano oeste, utiliza las palabras vivo o muerto, pero lo hecho con Raúl Reyes hace presuponer que el objetivo es la muerte.

Los juristas de Colombia debaten hoy si se debe pagar la recompensa a Rojas, como se hace llamar el guerrillero que entregó la mano de su jefe y dio indicación del sitio donde había dejado su cadáver. Por ahora la fiscalía ha señalado que Rojas posiblemete no es imputable por el delito de asesinato, pues consideran que actuó en legítima defensa.

ESTÁ por definirse también es si se debe pagar o no la recompensa al autor de la macabra entrega. Se alega que hacerlo podria abrir las puertas nuevos hechos como este, también se argumenta que en Colombia las leyes no prevén la pena de muerte.

El ministro de defensa ha declarado a favor del pago, mientras el presidente ha expresado lo contrario. De todos modos a alias Rojas le esperan juicios por otros delitos que se le imputan.

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